Hace mucho tiempo Muntenia estaba regida por Neagoe Basarab. Al señor le gustaba mucho
construir iglesias y monasterios. Planificaba levantar en la orilla del río
Arges un monasterio como jamás se había visto. Neagoe contrato a los mejores
trabajadores de aquella época, al famoso maestro Manole junto con otros nueve.
Les prometió fortunas y títulos nobiliarios si le construían un hermoso
monasterio, como ningún otro en el mundo; si no lo aceptaban les amenazó con emparedarlos
entre los muros del mismo monasterio.
Los maestros empezaron la construccion. ¿Pero que ocurría?
Pues por la noche se derrumbaba todo lo realizado durante el dia. Paso lo mismo
al siguiente, y al otro; trabajaban en vano. El señor al ver que las paredes no
estaban edificadas, volvio a amenazarles con emparedarlos si no conseguían
acabar la construccion. El pobre maestro Manole se frotaba las manos
entristecido, sin saber que hacer.
Una noche, mientras dormia, soño que las paredes iban a derrumbarse
eternamente si no hacían el sacrificio de emparedar a la primera hermana o
esposa que viniera el siguiente dia para traer comida. Al despertarse revelo el
sueño a sus compañeros y todos estuvieron de acuerdo que tenian que hacer lo
que el sueño dictaba.
En la mañana siguiente, Manole subio a los andamios para ver
quien sería la primera mujer que venia hacia el monasterio. ¡Dios mio! ¿Qué le
dio por ver? Su esposa venia con una cesta llena. El pobre Manole empezo a
llorar y, cayendo de rodillas, empezó a rezar:
¨ Echa Señor Mio en el mundo
Una lluvia con espumas
Para que detenga a mi cariño
Que la pare en el valle
Y la aparte del camino.¨
Y ¡milagro! Empezo una lluvia que caía de las nubes negras y
pesadas y se llenaron los caminos de agua. Pero la mujer de Manole no regresó…
Ella seguía avanzando. Manole empezo a rezar de nuevo para
que soplara un fuerte viento y detuviera a su mujer del camino.
Y de nuevo ¡milagro! Empezo un viento tan fuerte que sacaba
a las raíces de los árboles de la
tierra.
Pero la mujer de Manole continuó su marcha. Fue ella la que llego
primera al monasterio.
El maestro Manole, desgarrado de dolor, salio a recibirla,
la beso y la llevo a las paredes que habían construido esa mañana. Aparentado
que solo bromeaba, le dijo:
¨ Espera, cariño mío,
No te asustes
Que queremos divertirnos
Y emparedarte!¨
Al principio ella le creyó. Pero al ver que construian a su
alrededor empezo a llorar:
¨ Manole, Manole,
Maestro Manole
La pared me aprieta
Y el cuerpo me rompe¨
Manole suspiraba y seguia trabajando. Desde la pared se oian
las palabras:
¨ Manole, Manole,
Maestro Manole,
La pared me aprieta
Y mi vida se apaga ¨
Desde entonces adelante las paredes ya no se derrumbaban.
Los maestros pudieron finalizar su impresionante obra.
Al oir que la construcción del monasterio habia acabado,
Neagoe vino a verlo y a rezar. Viendo esa maravilla pregunto a los maestros si podrian construir de
nuevo algo semejante. Orgullosos los maestros contestaron desde el techo:
¨Como nosotros gran maestros,
Jornaleros y albañiles
Otros no hay
En esta tierra.
Ten cuenta que siempre
Sabremos construir
Otro monasterio
Mucho mas iluminado
Y mucho mas bonito! ¨
Neagoe se quedo pensativo; para que no hubiera un monasterio
más hermoso decidio matar a los maestros. Mando que retiraran los andamios y
las escaleras para que los maestros se quedaran arriba y se pudriesen al calor.
Estos se construyeron alas con las tejas que tenian e
intentaron volar. Pero las alas no les sirvieron para nada y murieron en el acto.
En el sitio donde cayo Manole salio una fuente con agua salada como las
lagrimas.
La música de fondo le queda muy bien para la ambientación de la lectura. Viene con el dramatismo que combina con la leyenda.
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