martes, 19 de diciembre de 2017

Ignatul- tradición de la matanza del cerdo


El día 20 de diciembre es conocido como el Día de Ignat, cuando muchos rumanos según la antigua tradición sacrifican cerdos para la mesa de Navidad y demás fiestas de invierno.
El ritual de sacrificar el cerdo en Navidad proviene de los pueblos antiguos (egipcios, romanos, griegos). A través de este sacrificio, equivalente semántico del año que termina, una nueva vida empieza, la del año nuevo. En la fe de los dacios, el cerdo era sacrificado como símbolo de la divinidad de la oscuridad, que debilitaba el poder del Sol en el día más corto del año, el solsticio de invierno. Para ayudar al Sol, la gente sacrificaba cerdos. Después de eso, los días empezaban a alargar su tiempo diurno  y la Navidad se convertía en una celebración de la luz y de la vida.
Este día es una oportunidad para la reunión familiar, ya que de costumbre participa toda la familia. Desde la noche anterior la gente afila los cuchillos, prepara el cilindro de gas o paja para chamuscar, las ollas en las que pondrán la carne, el tocino y la corteza.
Los hombres se encargan de la matanza del animal, y la tradición requiere que el que mate al cerdo sea un hombre limpio de espíritu que se haya confesado antes. En algunas regiones hasta se bendice el hogar donde se sacrificará el animal.


Dicen que las mujeres no deberían participar en este ritual ni siquiera para servir bebida a los hombres, ya que si alguien siente lastima por el cerdo, este tarda más en morir, caso en el que la carne luego perderá su calidad. El rol de la mujer empieza cuando el cerdo llega a la mesa para cocinar su carne.
Después de la matanza, se lava el cerdo y su piel se quema, añadiéndole ramas de leña y jazmín para obtener una corteza aromática. Es momento en el que llegan los niños y se ponen encima del cerdo para jugar un rato y darle un poco de alegría a este momento.
Las mujeres se ocupan de distribuir la carne por categorías, pero solamente después de que el hombre haya hecho una cruz con el cuchillo en la frente del animal y haya acabado el despiece.


Se aparta carne para chorizo, salchichas, paté y para hacer un asado. Los pies también se utilizan para hacer piftie ( un tipo de gelatina ). Se queman un poco la oreja y la cola y se suelen comer en el mismo día. Al acabar de preparar la carne se organiza una comida llamada ¨pomana porcului¨- limosna del cerdo, en la que asisten todos los participantes a la matanza. Comen de esta forma asado, filetes, tocino, costillas. La gente come fuera en el patio y acompañan la carne con aguardiente (țuică) hervida. Parte de esta comida se reparte a la comunidad, a los pobres, a la iglesia, pero especialmente a la familia. Es una costumbre antigua para ofrecer obsequios para recibir protección ante los espíritus malignos y para mantener la familia fuera de peligro.
En la tradición rumana encontramos varias costumbres y supersticiones relacionadas con este día de Ignat. En la víspera de Ignat se hierve trigo y se bendice. La familia cena el trigo y los restos se dan por la mañana a los pájaros. También se coge una calabaza a la que se le corta el pedúnculo y se guarda, ya que se dice que es buena como medicamento. Cuentan que esta noche las brujas  quieren robar la riqueza de los hogares, por eso se pone mijo y sal alrededor de la casa y de los establos.
Si el cerdo es de color negro, se coge parte de su manteca y se lleva a la iglesia para que la bendiga el cura. Luego esa manteca se puede utilizar por los que tienen dolor de piernas. Al que es sospechoso de convertirse en strigoi se le echa manteca de cerdo por el cuerpo. Distintas partes del cerdo se usan como remedios para enfermedades del hombre o animales, en practicar hechizos o curar el mal de ojo. Sobre el hígado de cerdo se dice que es bueno para curar la anemia o la falta del apetito.

Y vosotros, ¿habeis participado alguna vez en la matanza del cerdo? 


 fuente de texto parcial:

jueves, 30 de noviembre de 2017

Fiesta San Andrés


El día 30 de noviembre los cristianos celebran San Andrés. El Evangelio le menciona como primer discípulo de Jesucristo. El apóstol viajó y enseñó sobre el cristianismo en las zonas antiguas de Bitinia, Bizancio, Tracia y Macedonia, las zonas del Mar Negro y hasta en Crimea.
Cuentan que durante su estancia en la actual Rumania, el santo vivió en una cueva, cerca de la localidad Ion Corvin, del distrito Constanta. 

La noche de San Andrés está llena de costumbres, tradiciones, supersticiones con origen precristiano, teniendo temas como los strigoi, hechizos y practicas para descubrir a tu alma gemela, pero también temas relacionadas con la protección del hogar, de la gente y los animales.
Se dice que en la noche de San Andrés se abre la puerta entre lo visible y lo invisible siendo un momento perfecto para algunas prácticas de prospección del futuro.
Es noche de strigoi, espíritus perdidos de los muertos que por alguna razón no entraron en la luz y que en esta noche se vuelven peligrosos, trayendo calamidad, enfermedades e infelicidad.
Por eso la gente pone dientes de ajo en las puertas de sus casas pero también en los establos para alejar a los espíritus. El ajo se utilizará el siguiente año para tratamiento contra varias enfermedades, como protección contra los espíritus maléficos y como forma de atraer a tu alma gemela. 

La gente “come ajo en esta noche, se lo untan por todo el cuerpo o solamente en la frente, en el pecho, en la espalda y en la muñeca. Untan las ventanas por donde podrían entrar o mirar los strigoi, y también la puerta y el horno por donde se cree que podrían entrar y salir de casa. “ Este día no es recomendable barrer tu casa ni tirar la basura. Y como los strigoi suelen pedir ayuda a las cosas de casa para lograr entrar, a todos los platos deberíamos darles la vuelta. ( Tudor Pamfile- Fiestas de otoño y Cuaresma de Navidad, 1914).
Otra forma para protegerse contra los strigoi es echar migas de pan por el patio y poner velas  al lado de los iconos. A los animales se les echa albahaca en la comida y se les da para beber agua bendita.
La gente trae en casa ramitas de cerezo, las pone en agua y si florecen hasta Navidad, piensan que tendrán un año rico. También existe la costumbre de sembrar trigo en macetas pequeñas o dejar 12 cebollas (para cada mes del año) en el ático hasta Navidad- el número de las que se pongan malas será signo de meses lluviosos y el número de las que echen raíces será signo de riqueza.
Las jóvenes que quieran averiguar quien es su alma gemela ponen albahaca debajo de sus almohadas para que su rostro aparezca en sueño. A media noche miran en un vaso con agua donde echan un anillo. En unas zonas las chicas se ponen entre dos espejos, desnudas y con una vela en la mano esperando a ver el rostro de su predestinado.

Esta noche mágica también es noche de lobos. La gente los puede oír hablar pero si tal cosa ocurre es mala señal ya que serán atacados por ellos o se transformarán en un hombre lobo.  Para proteger a los demás animales, la gente pone una cruz hecha por cera de abeja al lado del establo . En Bucovina, esta cruz se le pone a los toros y carneros, en su cuerno derecho.
Por otro lado, las condiciones climáticas de la noche de San Andrés pueden predecir cómo será el invierno. Si la noche es cálida y despejada el invierno será suave. En cambio, si el cielo tiene una luna llena,  nieve o lluvia, es signo de un invierno muy duro.



fuente del texto original:  http://stirileprotv.ro/divers/obiceiuri-c-i-tradic-ii-din-noaptea-sfantului-andrei-cand-lucrurile-malefice-se-imbina-cu-cele-benefice.html

martes, 15 de agosto de 2017

Creencias populares el dia de la Asunción


Cuentan que en el día de la Asunción de la Virgen María hubo un gran duelo. Los árboles con los mejores frutos se reunieron y, dando cado uno lo mejor, formaron un árbol que presentaron ante la procesión. La calabaza y el maíz hicieron un ramo de girasoles que pusieron encima del ataúd. Desde entonces la calabaza y el maíz amarillean para la fiesta de la Asunción.  ( Irina Nicolau- Guía de las fiestas rumanas)
La mitad de Agosto es iluminada por la gran fiesta de la Asunción de la Virgen, fiesta precedida por una cuaresma con estrictas reglas. En el calendario popular este día se llama Gran Santamaria y es el día en el que los peregrinos llegan a los monasterios y  el resto van a las iglesias locales, rezan, nombran a sus difuntos y reparten para la salvación de su alma uvas, ciruelas, miel…
¨Para la Asunción todas las mujeres iban a la iglesia con una coliva (una especie de tarta) para recordar y rezar por los difuntos de sus familias y también por los del pueblo… llevaban muchas flores con las que adornaban los iconos de la Virgen o de Jesucristo. La coliva se repartía a los pobres, para el descanso de los muertos…. Unas cuantas flores bendecidas llevaban a su casa y las guardaban en los huertos para que se secaran y utilizarlas luego como cura.¨( Marcel Laptes- El tiempo y las fiestas del campesino rumano)
A partir de este día, los pastores bajaban con las ovejas de la montaña, los hombres cambiaban su sombrero por su gorra, se prohibía meterte en los ríos y dormir en la hierba. El cambio de la estación ha sido interpretado por el pueblo como signo de la tristeza de la naturaleza, que lamenta la ida de la Virgen María. Por esta razón la hierba deja de crecer y las hojas empiezan a cambiar de color.
La Madre de Dios- la divinidad femenina mas conocida, amada y venerada del Panteón rumano- en la visión del etnólogo Ion Ghinoiu ¨ mantiene las características de la Gran Diosa neolítica y es invocada en tiempos de sufrimiento”. El etnólogo argumenta que la adopción del modelo antiguo, según el cual la divinidad llegando a la vejez muere para renacer unos días después, indica que se guarda el recuerdo de la muerte y el renacimiento de la Diosa Madre al pasar el umbral del verano al otoño. La Madre de Dios/Gran Santamaría es invocada para la prosperidad de la familia, matrimonio de las chicas y los partos, para atrapar a los ladrones y criminales, para la cosecha y la abundancia de las estaciones.
En la imaginación popular, la Madre de Dios es “una estrella al lado de la luna” (T. Pamfile), una especie de Diosa de la Tierra, igual que Gea “la tierra es de la Virgen María, porque ella nos alimenta.”, ¨La Tierra es como si fuera de la Virgen ¨ (E. Niculita-Voronca). Llegó al mundo como un milagro, después de que su madre Ana hubiese olido una flor o hubiera besado una hoja de peral. A su vez milagrosamente, la Virgen María concibió al niño Jesús después de besar un icono. Dio a luz en el establo de Papa Noel, un viejo violento que cortó las manos a su esposa, Noelia, por haber ayudado a parir a la Virgen. Entonces María le sanó las manos y bendijo los bueyes, las vacas y las ovejas por haberle calentado con su respiración durante el parto. Cuentan que a la vez maldijo a los caballos porque comieron el heno debajo del que estaba acostado el niño Jesús.
También cuentan las leyendas que la Virgen María maldijo a la araña porque la superó a la hora de tejer, y al Dragobete que salió en su camino y le asustó; le transformó en una planta parecida al helecho, utilizado por las viejas en sus encantamientos de amor.
En cambio, la Virgen bendijo a las golondrinas por haber anunciado la resurrección de Cristo, al sauce por haberla ayudado cruzar un río, a la rana por haberle dicho palabras de compasión.

Texto original: http://iuliagorneanu.ro/2017/08/13/de-santamarie-mare/

domingo, 23 de julio de 2017

Leyenda del maestro Manole

Hace mucho tiempo Muntenia  estaba regida por Neagoe Basarab. Al señor le gustaba mucho construir iglesias y monasterios. Planificaba levantar en la orilla del río Arges un monasterio como jamás se había visto. Neagoe contrato a los mejores trabajadores de aquella época, al famoso maestro Manole junto con otros nueve. Les prometió fortunas y títulos nobiliarios si le construían un hermoso monasterio, como ningún otro en el mundo; si no lo aceptaban les amenazó con emparedarlos entre los muros del mismo monasterio.


Los maestros empezaron la construccion. ¿Pero que ocurría? Pues por la noche se derrumbaba todo lo realizado durante el dia. Paso lo mismo al siguiente, y al otro; trabajaban en vano. El señor al ver que las paredes no estaban edificadas, volvio a amenazarles con emparedarlos si no conseguían acabar la construccion. El pobre maestro Manole se frotaba las manos entristecido, sin saber que hacer.

Una noche, mientras dormia, soño que las paredes iban a derrumbarse eternamente si no hacían el sacrificio de emparedar a la primera hermana o esposa que viniera el siguiente dia para traer comida. Al despertarse revelo el sueño a sus compañeros y todos estuvieron de acuerdo que tenian que hacer lo que el sueño dictaba.

En la mañana siguiente, Manole subio a los andamios para ver quien sería la primera mujer que venia hacia el monasterio. ¡Dios mio! ¿Qué le dio por ver? Su esposa venia con una cesta llena. El pobre Manole empezo a llorar y, cayendo de rodillas, empezó a rezar:
¨ Echa Señor Mio en el mundo
Una lluvia con espumas
Para que detenga a mi cariño
Que la pare en el valle
Y la aparte del camino.¨
Y ¡milagro! Empezo una lluvia que caía de las nubes negras y pesadas y se llenaron los caminos de agua. Pero la mujer de Manole no regresó…


Ella seguía avanzando. Manole empezo a rezar de nuevo para que soplara un fuerte viento y detuviera a su mujer del camino.
Y de nuevo ¡milagro! Empezo un viento tan fuerte que sacaba a las raíces de los árboles de  la tierra. 
Pero la mujer de Manole continuó su marcha. Fue ella la que llego primera al monasterio.
El maestro Manole, desgarrado de dolor, salio a recibirla, la beso y la llevo a las paredes que habían construido esa mañana. Aparentado que solo bromeaba, le dijo:
¨ Espera, cariño mío,
No te asustes
Que queremos divertirnos
Y emparedarte!¨



Al principio ella le creyó. Pero al ver que construian a su alrededor empezo a llorar:
¨ Manole, Manole,
Maestro Manole
La pared me aprieta
Y el cuerpo me rompe¨

Manole suspiraba y seguia trabajando. Desde la pared se oian las palabras:
¨ Manole, Manole,
Maestro Manole,
La pared me aprieta
Y mi vida se apaga ¨
Desde entonces adelante las paredes ya no se derrumbaban. Los maestros pudieron finalizar su impresionante obra.

Al oir que la construcción del monasterio habia acabado, Neagoe vino a verlo y a rezar. Viendo esa maravilla pregunto  a los maestros si podrian construir de nuevo algo semejante. Orgullosos los maestros contestaron desde el techo:
¨Como nosotros gran maestros,
Jornaleros y albañiles
Otros no hay
En esta tierra.
Ten cuenta que siempre
Sabremos construir
Otro monasterio
Mucho mas iluminado
Y mucho mas bonito! ¨

Neagoe se quedo pensativo; para que no hubiera un monasterio más hermoso decidio matar a los maestros. Mando que retiraran los andamios y las escaleras para que los maestros se quedaran arriba y se pudriesen al calor.


Estos se construyeron alas con las tejas que tenian e intentaron volar. Pero las alas no les sirvieron para nada y murieron en el acto. En el sitio donde cayo Manole salio una fuente con agua salada como las lagrimas.


domingo, 12 de marzo de 2017

Leyenda de los rios Mures y Olt.


Érase una vez, en tiempos muy lejanos cuando nacían los cuentos, en un pico de montaña una aldea con dos torres. Allí vivían el emperador y su mujer con sus dos hijos gemelos que se parecían como dos gotas de agua.

Sin embargo, aunque sus rostros eran casi idénticos, el carácter de ambos era totalmente distinto lo que les hacía discutir por cualquier cosa y pelearse hasta que temblaba la tierra.

Con el paso del tiempo los chicos crecieron, el emperador dejó la aldea y se fue a la guerra junto con su ejercito pero nunca mas regresó. La emperatriz envío jinetes en todas las direcciones para encontrar a su marido pero sin resultado. El hombre había muerto lejos en una cruel batalla, pero la emperatriz lo ignoraba y no paraba de preguntarse: “¿Y ahora qué vamos a hacer yo y mis traviesos hijos?”. Día y noche los mismos pensamientos: “ Pelean durante todo el día e incluso construí para cada uno una torre pero siguen sin llevarse bien. En la torre norte vive Mures y en la torre sur vive Olt. Ahora ya son mayores, preparados para casarse y ¡que pena que nunca se reconciliarán!”
Un día Mures, que era mas calmo y mas sabio, le dijo a Olt:

—Hermano Olt, nuestra madre llora continuamente por nuestro padre, el emperador de las tierras. ¡Vamos a hacer algo!
—Propongo, hermano mio, dejar atrás la ira y la rabia que hay entre nosotros e
irnos en busca de nuestro padre. ¿Quién sabe en qué bosques esté herido o en qué mazmorras esté encadenado? Y nosotros, mientras, hallámosnos aquí, discutiendo.

Los dos hermanos fueron ante su madre y hablaron con ella sobre lo que decidieron. Cavilando en las intenciones de sus hijos, la emperatriz derramó unas lagrimas de dolor pero también de alegría. De alegría porque sus hijos eran dignos y valientes y de dolor porque iban a salir al gran mundo y tenia miedo de perderlos como a u marido. Así que les dijo con su cálida voz:

—Que así sea, hijos míos. Id en busca del emperador pero haya lo que haya en vuestro camino permaneced siempre unidos y no os separéis porque solamente entre los dos podéis conseguirlo.

Los dos príncipes empezaron su camino pero nada mas salir de la aldea empezaron a discutir hacia donde tenían que ir:

—Vamos hacia el norte —dijo Mures.
—No, no, mejor vamos hacia el sur —contestó más alto Olt.

Se pelearon durante un tiempo hasta que decidieron.

—Yo me críe en la torre norte así que me iré hacia esa dirección —dijo Mures.
—Pues yo en la torre sur y elijo ir hacia el sur —replicó Olt.

Así que se separaron y Mures se fue hacia el norte y Olt hacia el sur. Pero después de poco tiempo Mures empezó a echar de menos a su hermano.

—Siempre nos peleamos, pero nos queremos porque somos hermanos. Nuestra madre nos pidió que no nos separáramos… voy a buscar a mi hermano —decidió.
Mures volvió hacia el sur pero ya no encontró a Olt. Se perdió y cogió el camino hacia el oeste por campos tan hermosos que nublaron su mente de tal manera que se olvidó de su hermano.
En la corte la emperatriz recibió noticias de sus mensajeros.

—Gran emperatriz: nada más salir de la aldea vuestros hijos se pelearon y se separaron incumpliendo vuestras ordenes.

Triste y enfadada, la mujer se fue en busca de sus hijos pero ya no pudo alcanzarlos ya que iban deprisa en distintas direcciones. Así que empezó a rezar para que sus hijos no se murieran.

—Dios mio, Te lo ruego: enséñales el camino a mis queridos hijos. Perdí a mi esposo. Haz lo que sea para que ellos no fallezcan.

Dios escuchó sus oraciones y decidió transformar a los dos príncipes en dos ríos inmortales. Y esos ríos guardan hoy en dia sus nombres: Mures y Olt.
Mures fluye tranquilamente hacia el campo esperando encontrar a su hermano gemelo y la gente le suele cantar:

“Mures, Mures, agua cristalina
A otro país tú llévame
Y  la paz encuéntrame.”

Rio Mures
Mientras que el rápido y enfadado Olt se choca contra las piedras de las montañas, las revuelve tumultuosamente, hace espumas y sangra en la parte de Turnul Rosu. La gente también le dedica una canción:

“Tu, Olt, río maldito
Eres profundo y ancho
Llegas grande, espumeante
Y con sangre mezclado”

Rio Olt

sábado, 29 de octubre de 2016

La iluminación

La Iluminación es una fiesta que los rumanos celebran en la noche de 31 hacia 1 de noviembre. En Transilvania, para estas fiestas, los cementerios se transforman en sitios iluminados por las luces de las velas encendidas en memoria de los que pasaron en la eternidad.
En el calendario greco-católico, la Iluminación se llama La fiesta de todos los santos. Aunque es una fiesta greco-católica se celebra también en Transilvania por toda la población indiferentemente de la religión (ortodoxos, católicos y protestantes).

En la tradición ortodoxa, la Iluminación es una fiesta del antiguo culto de los muertos. En 31 de octubre la gente va al cementerio, donde arregla las tumbas de sus seres queridos, para que en el día de 1 de noviembre traigan flores y recen para los almas de los durmientes. Conforme las leyendas, en la noche de 1 de noviembre las puertas del cielo se abren y los muertos vienen a visitar a los vivos. La celebración no es una triste, al contrario, es el único día del año en el cual la gente sonríe en el cementerio. Con esta ocasión, la alegría por sentir de nuevo las almas de los seres queridos que ya no están aquí excede la tristeza. En el suroeste de Rumania hay la leyenda de Samedru, un pastor sobre el cual se decía que bloquea el verano y hace que se caigan las hojas de los arboles. En el día de después del día de Samedru, llamada Los Yayos Grandes o Yayos de otoño, se traen ofrendas para las almas de los muertos.

fuente: http://jurnaluldenordvest.ro
Hace mucho tiempo, en el Sábado de los Muertos se solía cortar un árbol, que se quemaba en la noche de 25 hacía 26 de octubre. De esta manera, el Fuego de Samedru era el símbolo de la muerte y de la resurrección  marcando el comienzo de un año nuevo. Al Fuego de Samedru participaba toda la comunidad, indiferentemente de la edad. Un papel muy importante lo tienen los niños y los chicos que elegían el árbol del bosque, lo cortaban   y lo limpiaban. Después el árbol se llevaba al lugar de la quema, se cubría de abeto y se sentaba en posición vertical. Al anochecer los niños encendían el fuego, mientras que las mujeres compartían limosna, como en una funeral. Mientras el árbol quemaba, la gente comía, cantaba y bailaba. Este momento representaba el renacimiento. Al volver a casa, la gente cogía las cenizas y el carbón y los espolvoreaban sobre la tierra y jardines marcando de esta forma el inicie de un nuevo año pastoral, que tenía dos fechas importantes - día de Samedru (San Demetro, 26 de octubre) y el día de Sangeorz (San Jorge, 23 de abril). Una parte de la tradición aún se conserva hoy en día: las ovejas salen a comer para la fiesta de Sangeorz y vuelven a casa para Samedru.

Los elementos comunes se encuentran también en la tradición celta, en la cual en la noche de 31 de octubre hacia 1 de noviembre, que se llama Samhain (fin del verano) es reconocida como la celebración de todos los espíritus, de ahí resultando el nombre Halloween- All Hallow Even o El día de todos los Santos.
En el día de Samhain, los celtas celebraban el encuentro de las fuerzas de la oscuridad con las fuerzas de la luz y pensaban que la noche de 31 de octubre/1 de noviembre representaba un corte en el tiempo, en el cual los espíritus de los muertos pueden vivir entre los vivos. Los celtas solían disfrazarse con trajes para asustar a los espíritus malos. Esta noche sagrada era iluminada por el fuego que simbolizaba la unión de todos los corazones en el amor. Cuando apareció el cristianismo, Samhain cambió su nombre en El día de todos los santos, que se celebra el 1 de noviembre.

domingo, 10 de julio de 2016

Leyenda de la flor Nomeolvides


Según su etimología el nombre de la flor “Nomeolvides” proviene del francés “Ne m'oubliez pas” y se utilizó por primera vez en el año 1532. Como sentido el nombre proviene del espacio alemán donde muchos hombres tienen los ojos azules y las mujeres llevaban en su pecho como adorno estas flores para recordar a sus amados. (siglo XV)

Enrique IV utilizó esta flor como símbolo durante su exilio en 1398. 
Según una leyenda, “No me olvides” fueran las últimas palabras de un caballero dedicadas a su querida antes de hundirse en un río debido al peso de la armadura que llevaba.
Antes de convertirse en la décima provincia de Canadá en 1949, Newfoundland utilizaba la flor “Nomeolvides” como símbolo en memoria de la guerra de la nación. 
También la flor “Nomeolvides” es el símbolo de todos aquellos que sufrieron en nombre de la Francmasonería, especialmente en el periodo nazi. 


A continuación una leyenda rumana sobre esta bonita flor:

Cuentan que después de que hayan crecido todas las flores, la Hada de las Flores les dio un nombre olvidándose de una de ellas.
Las flores se pusieron contentas al recibir su nombre, sola una se quedó triste en un valle de un rio. Lloraba sin comprender por qué era menos querida que sus hermanas y sus lágrimas se mezclaban con el agua del rio.

Un dia, saliendo a pasear por el campo verde y lleno de flores, la Hada de las Flores llenó su corazón de alegría al ver que todas las flores le sonreian. Bajando la cuesta de la aldea hacia el rio se encontró con la triste florecita que no podia contener su lloro. Al verla le preguntó:

-       ¨Y tú, hermosa y delicada flor, ¿por qué lloras mientras todas tus hermanas se alegran?
-       ¨¿Y cómo no voy a llorar? Cuando todas ellas ya recibieron un bonito nombre y de mi te olvidaste.

      Al oir su respuesta, la Hada se asombró por haberse olvidado de darle un nombre justo a esa flor tan especial.
      - Mi querida flor, deja de estar triste… Atardecerá el sol y tú tendrás tu nombre…

Diciendo eso la Hada desapareció. Volvió al palacio donde se aconsejó con las demás hadas y, llamando allá a la flor olvidada, le dijo:

-       ¨ No olvidaste que no te di un nombre como hice con tus otras hermanas asi que, por lo tanto, a partir de hoy te llamaré “Nomeolvides”.


Y asi es que desde entonces esta bonita flor lleva el nombre de “Nomeolvides” en varios rincones del mundo.


fuentes:http://gradina.acasa.ro/plante-de-gradina-113/legendele-si-semnificatiile-florii-de-nu-ma-uita-184632.html
http://www.e-calauza.ro/?afiseaza=folclor_show&page=all&id=65

lunes, 29 de junio de 2015

Como hizo justicia Vlad el Empalador

Durante el reinado de Vlad el Empalador, un comerciante que viajaba en nuestras tierras dijo que había perdido en el camino una bolsa con mil lei. El prometió recompensar con cien lei al que la encontrara.

No paso mucho tiempo y un cristiano, con mucha fe en Dios como eran muchos rumanos en aquella época, se presentó ante el comerciante y le dijo:
- Señor mio, caminando por la calle en un cruce donde las pescaderias encontré esta bolsa. Yo pienso que es suya porque me enteré de que había perdido una.
- Cierto es; es mía y te agradezco por haberla traído.
El hombre comenzó a contar el dinero y a pensar como hacer para no tener que darle al pueblerino la recompensa prometida. Despues de acabar de contar, puso el dinero en la bolsa y dijo:
- Conté, querido mio y observé que tú ya apartaste la suma que te correspondía. En vez de mil lei solo habían novecientos. Y bien hiciste porque estabas en tu derecho.
- Señor comerciante, contestó el cristiano. Con maldad dice usted que le faltan cien lei. Yo ni siquiera abrí la bolsa para ver cuanto dinero había dentro. Tal como la encontré se la devolví.
- Pues verdad digo que perdí la bolsa con mil lei y me la devolviste con novecientos. ¡Es lo que hay! dijo el comerciante.
El hombre no dijo nada mas, salió y se fue directamente al príncipe para encontrar justicia.
- Su Majestad, dijo, no recibí los cien lei prometidos y no me importa tanto el dinero como el hecho de que sospecha que no soy buen hombre. Yo soy limpio como la plata y ni siquiera pensé en tocar lo que no es mio.

fuente wikipedia

El príncipe intuyó los trucos del comerciante y mandó que lo trajeran delante de él. Escuchando al uno y al otro y poniendo las palabras de cada cual en la balanza de la justicia se dio cuenta cual era el lado que más pesaba. Luego, mirando a los ojos del comerciante dijo:
-Si tú perdiste una bolsa con mil lei y este hombre encontró una con novecientos significa que dicha bolsa no era tuya. Tú, cristiano, coge la bolsa y devuélvesela al que diga que perdió una con novecientos; y tú comerciante espera hasta que alguien encuentre tu bolsa con los mil lei, la que dices que habías perdido.

Y eso es lo que pasó, porque no se podía de otra manera.
Vlad el Empalador juzgó. El comerciante perdió todo y se arrepintió toda la vida por ese acto inhumano cometido.



viernes, 22 de mayo de 2015

Historia de la tacita de té

Una pareja se fue de viaje a Inglaterra y en una tienda de antigüedades decidieron comprar algo para celebrar los 25 años de matrimonio que cumplieron. Tanto a la mujer como al hombre les gustaban las antigüedades y objetos de cerámica, especialmente las tazas de té. Observaron una taza excepcional y preguntaron: “¿Podemos ver esa tacita? ¡Nunca vimos algo tan bonito!”

Mientras la dependienta les enseñaba lo que pidieron, la tacita de té empezó a hablar: -Vosotros no podéis comprender. Al principio no fui una taza de té.

Una vez fui solamente un trozo de arcilla roja. El maestro me cogió y me dio vueltas, me amasó varias veces y yo grite: “¡No hagas eso!”, “¡No me gusta!”, “¡Déjame en paz!”, pero él sonrió y me dijo suavemente: “¡Aún no!”. Luego, ¡ah! Me sentó en una rueda y me dio más vueltas. “¡Para!¡Me mareo!¡Me siento mal!” grité.

Pero el maestro sólo asintió con la cabeza y dijo en voz baja: “Aún no”. Me giró, me amasó y me moldeó hasta que obtuve la forma que quería y luego me metió al horno. ¡Jamás sentí tanto calor! Lloré, di golpes a la puerta… “¡Ayuda! ¡Sácame de aquí!”

Podía verle a través de una abertura y leer sus labios mientras movía la cabeza de un lado a otro: “Aún no.”
Cuando creía que ya no iba a aguantar ni un minuto más, la puerta se abrió. Con mucho cuidado me sacó y me puso en la estantería… empecé a refrescarme. ¡Oh, me sentí tan bien! “Bueno, así se está mucho mejor”, pensé.

Pero después de refrescarme un rato, me cepilló y me coloreó por todas partes… el olor era horrible. Pensé que me iba a ahogar. “¡Oh, por favor, para!” grité. Él negó con la cabeza y dijo: “Aún no.” Entonces me volvió a meter al horno. Pero ahora ya no era como la primera vez.  Era dos veces más caliente y sentía que me iba a ahogar. Le suplique. Insistí. Grité. Lloré… estaba convencida de que no iba a escapar. Estaba a punto de rendirme. Justo en ese momento la puerta se abrió, me sacó y me sentó de nuevo en la estantería donde me enfrié y esperé, esperé, preguntándome: “¿Qué va a hacer ahora conmigo?”

Una hora más tarde me dio un espejo y dijo: “Ahora mírate”. Y me miré.  “Esa no soy yo; esa no puedo ser yo… ¡Es hermosa! ¡Soy hermosa!  Él me habló suavemente: “Quiero que recuerdes, sé que te dolió cuando te giré, amasé, pegué, pero si te hubiera dejado sola te hubieras secado. Sé que te mareaste cuando te giré en la rueda, pero si me hubiera parado te hubieras hecho pedacitos. Sé que te dolió y tuviste calor cuando te metí al horno, pero si no te hubiera metido allá te hubieras roto. Sé que los olores no te hicieron nada bien cuando te cepillé y te di color pero si no te hubiera hecho eso nunca te hubieras endurecido. No hubieras recibido brillo en esta vida. Si no te hubiera metido al horno la segunda vez no hubieras sobrevivido mucho porque el fortalecimiento no hubiera durado mucho. Ahora eres un producto finito. Eres lo que tenía en mente la primera vez que empecé a trabajar contigo.”



La moraleja de la historia es la siguiente, según el confesor Arsenie Boca: “Dios sabe que hace con cada uno de nosotros. Él es el maestro y nosotros somos su arcilla. Él nos modelará, nos hará y nos expondrá a las presiones necesarias para llegar a ser buenas obras que cumplen con su buena y santa voluntad.

Cuando la vida nos parece dura y nos golpean y empujan sin piedad, cuando creemos que el mundo gira sin control, cuando sentimos un terrible sufrimiento, cuando todo nos parece injusto, hacernos un té y beberlo en la taza más bonita que tengamos y pensar en lo aquí dicho para poder hablar un rato con el maestro.


fuente del texto original: http://www.doxologia.ro/cuvinte-duhovnicesti/povestea-cescutei-de-ceai-spusa-de-parintele-arsenie-boca


viernes, 14 de noviembre de 2014

El Gran Lobo Blanco. Fiestas dedicadas al lobo.

Las leyendas sobre la misión de difundir el cristianismo de San Andrés cuentan que el apóstol fue enviado a “las tierras de los lobos”, donde fue acompañado y guiado en los territorios dacios por el Gran Lobo Blanco. Obviamente no hay inscripciones o documentos que reconstruyan el camino del apóstol Andrés en el norte del Danubio, pero las tradiciones populares relacionadas con su viaje son muy amplias. 

La mayoría establecen una conexión entre San Andrés y los  lobos. Él tenía el don de la curación de heridas y a través de las oraciones “ataba la boca de los lobos” protegiendo de esta manera a la gente y a su ganado. 

En la mitología rumana la gran riqueza de las creaciones del folklore relacionadas con el lobo se explica por el hecho de que este animal era un animal totémico de los dacios. Mircea Eliade, citando al gran historiador griego Estrabón, decía que la veneración de los lobos se refleja en la misma personalidad de los dacios que se consideraban lupinos.  “Por lo tanto, los dacios se denominaban a sí mismos antiguamente lobos o los que son como los lobos” (Mircea Eliade, Desde Zamolxis hasta Gengis Khan)

El lobo siempre fue considerado símbolo de los dacios y varias leyendas cuentan que el Gran Lobo Blanco, considerado el jefe de la manada, estuvo al lado de los dacios cuando cayó Sarmizegetusa. 

La leyenda cuenta que, en tiempos pretéritos, un sacerdote de Zamolxis recorría incansablemente las tierras de Dacia para ayudar a los necesitados, informando a los geto-dacios que el Gran Dios velaba por ellos. Sin ser viejo, ya tenía el pelo y la barba blanca como la nieve y la fe, el coraje y su fuerza eran conocidas no solamente por las personas y por el mismo Zamolxis, sino también por las bestias. El Dios, al darse cuenta del valor de su servidor, lo detuvo en las montañas para tenerle más cerca. 


Alejado de la gente, el sacerdote continuó sirviendo con la misma determinación que antes. Pronto las bestias llegaron a escucharle y considerarle su líder. Los lobos eran los que más le apreciaban, pues eran los únicos sin conductor; el hambre era el único factor por el que se quedaban juntos. 

Después de un rato, Zamolxis habló con su sacerdote y decidió que había llegado la hora de que le sirviese de otra manera, por lo que le convirtió en un animal. Pero no en cualquier animal, sino en la bestia más temida y respetada de Dacia: en un lobo blanco, grande y fuerte, otorgándole el sino de reunir a todos los lobos del bosque para defender el reino.

De este modo, cada vez que los dacios estaban en peligro, los lobos venían a ayudarles siendo suficiente por el aullido del Gran Lobo y, dondequiera que estuvieran, los lobos defendían a los dacios, sus hermanos. El Gran Lobo también era juez, castigando a los cobardes y traidores.


Un día, el Dios  llamó a su servidor, esta vez para darle la oportunidad de elegir por última vez si quería permanecer como lobo o retornar a su forma humana. Con todo el dolor que guardaba en su alma, sabiendo qué tiempos iban a llegar, decidió quedarse al lado de su Dios, con la esperanza de servir mejor a la región y a su gente. 

A pesar de la vigilancia de los dacios, de los lobos y del Gran Lobo Blanco, los romanos lograron penetrar y, cerca de la gran invasión, sembraron en las almas de los cobardes la desconfianza en el Gran Dios. Por lo tanto, algunos dacios empezaron a temer que el Dios no estaba de su lado en la gran batalla y los traidores, llenos de miedo, empezaron a matar a todos los lobos que salían en su camino con la esperanza de que uno de ellos fuera el Gran Lobo Blanco cuya cabeza podrían ofrecer a los romanos a cambio de sus vidas. 

Los lobos que lograron escapar retornaron a las montañas y no volvieron nunca más para ayudar a aquellos que los habían traicionado. El Lobo Blanco y Zamolxis se retiraron a la Montaña Sagrada desde donde miraron con dolor en sus corazones como los geto-dacios fueron derrotados por los romanos debido a la traición. 

Supuestamente, las viejas creencias y rituales de la población pre-cristiana se fusionaron en la nueva religión. Por ejemplo, la prohibición de trabajar en el día de San Andrés, el día prohibido por los lobos. La noche anterior a la fiesta de San Andrés (29-30 de noviembre) está señalado como día de Sabbat de los strigoi y lobos. Esa noche, especialmente en las aldeas, se practican aún rituales extraños para encontrar fácilmente protección contra todos los males, conjuros de bienestar e incluso hechizos de amor.

Ciertas costumbres relacionadas con el día de San Andrés como podar ramas de los árboles y la siembra de trigo en macetas, para conservarse para el Año Nuevo, recuerdan los viejos ritos agrarios. 
San Andrés es considerado líder del ganado y las bestias, protector de los rebaños, patrón y domador, el que “ata la boca de los lobos”. Estas cualidades míticas no se podrían asignar si la identidad simbólica entre los dacios y los lobos se hubiera borrado totalmente de la memoria colectiva. 

El lobo no participa en la vida de los humanos solamente con el nombre, sino también en diversas etapas de la vida de los mismos. Cuando nacen, los niños débiles reciben nombres de lobo para ser más fuertes como el mismo animal. En la meseta Luncai (distrito Hunedoara), tal como reveló la investigadora en etnografía y etnología Lucía Apolzan, algunos niños eran amamantados a través del pezón de una loba para recibir mágicamente poderes de ella. 

El lobo también está presente en los ritos de iniciación de los valientes. El animal se ofrece siempre a ayudar al héroe que tiene dificultades, pero con una condición: el protagonista nunca puede casarse. 
El último momento de la vida humana en el que participa el lobo es el tránsito del alma desde este mundo al otro. El lobo es en este caso un guía. 

Asociando el lobo con el dios de la luz, Zamolxis, los dacios jóvenes, durante su preparación e iniciación como guerreros, consideraban que deberían adquirir la inteligencia, coraje, habilidad y afán de luchar del lobo, vistiéndose ritualmente con pieles de este animal. No por casualidad la bandera de los dacios reunía simbólicamente una cabeza de lobo y un cuerpo de serpiente que representaba la idea  cíclica de la existencia universal, la vida y la muerte, el principio y el fin, la luz y la oscuridad, el finito y el infinito.




El calendario popular ancestral, que para la mayoría de nosotros sigue siendo misterioso o desconocido, fue durante milenios paralelo con las fiestas cristianas, lo que demuestra no solo la cantidad de las tradiciones milenarias, sino también la existencia del pueblo  (geto-dacio) en la antigüedad en esta región. 

En noviembre hay varios días que veneran al lobo y que llevan el nombre genérico de Filipii de Otoño. Esta temporada empieza con el día del lobo (13 de noviembre), sigue con Gadinetii (12-16 de noviembre), Felipe el Cojo (21 de noviembre) y finaliza con San Andrés (30 de noviembre). 

Gadinet es el nombre de la divinidad del lobo, y los Filipii son personificaciones divinas del mismo. Las creencias populares dicen que en este periodo las lobas bajan a los pueblos y deambulan por los patios, buscando brasas en la basura que las hace ser más fértiles.

El día 21 de noviembre se celebra la entrada en la iglesia de la Virgen María, llamada también Madre de la Luz. Especialmente a las mujeres se les aconseja amar las virtudes cristianas, para ser humildes, mansas y bondadosas.

Esta celebración de la luz corresponde en el calendario popular con la celebración de una divinidad de los lobos, Felipe el Cojo o Felipe el Grande que había sido castigado por Dios por haberse desviado de la fe verdadera.  

Se dice que en este día mágico aquellos con alma pura pueden entender el lenguaje de los animales y ser testigos de los milagros. De madrugada, según la leyenda, florece la milagrosa flor de las bestias, que ablanda el hierro y abre cualquier cerradura.

Las fiestas finalizan con el Día de San Andrés. Las costumbres de la noche del 29-30 de noviembre son una mezcla entre la fiesta cristiana y los antiguos rituales de los dacios, el pueblo asignándole a San Andrés características de divinidad precristiana, convirtiéndose en la personificación divina del lobo solar.

Entre los ermitaños de los Cárpatos circula una leyenda según la cual el último sacerdote de Zamolxis había conocido a Jesús y al apóstol Andrés. Ellos hablan sobre un “misterio” de la conversión de los dacios al cristianismo mantenido durante el tiempo y pasando de un monje  a otro como expresión de la continuidad de la fe en estas tierras.

En la noche de San Andrés, que es la primera noche del nuevo año de los dacios, se abren los cielos, ya que se encuentran lo visible con lo invisible, la luz con las tinieblas, se renueva el tiempo, muere el caos y nace armonía entre el hombre y el universo. Ahora la fuerza del lobo es más intensa que nunca. Se dice que en esta noche, los espíritus malignos llamados strigoi, moroi o pricolici (hombre lobo) tienen más poder que el resto del año y acechan a las personas para hacerles daño. 

Por lo tanto se toman medidas para prevenir estos males. Se hornean muchas placinte con calabaza y tortillas con harina de maíz, se cepillan las puertas y ventanas con ajo y se ocultan las guadañas. La gente evita salir a las calles, quedándose en casa donde están protegidos por los ajos y la luz de las velas.  Los jóvenes organizan una fiesta en la que “vigilan” el ajo. 
placinta con calabaza
ajos en las puertas

También en la noche de San Andrés, debido a la delgada línea existente entre los mundos se deshacen secretos, se revelan autores de crímenes o robos. Se hacen predicciones para el próximo año: si la noche es clara y cálida habrá un invierno suave y si hace frio el invierno será duro.

Por supuesto que hoy en día muy pocas personas siguen estas costumbres, pero eso no significa que debieran perderse porque representan la gran riqueza de costumbres ancestrales. 


fuente del texto original (parcial): http://www.vatra-daciei.ro/din-legendele-dacilor-povestea-marelui-lup-alb/