sábado, 29 de octubre de 2016

La iluminación

La Iluminación es una fiesta que los rumanos celebran en la noche de 31 hacia 1 de noviembre. En Transilvania, para estas fiestas, los cementerios se transforman en sitios iluminados por las luces de las velas encendidas en memoria de los que pasaron en la eternidad.
En el calendario greco-católico, la Iluminación se llama La fiesta de todos los santos. Aunque es una fiesta greco-católica se celebra también en Transilvania por toda la población indiferentemente de la religión (ortodoxos, católicos y protestantes).

En la tradición ortodoxa, la Iluminación es una fiesta del antiguo culto de los muertos. En 31 de octubre la gente va al cementerio, donde arregla las tumbas de sus seres queridos, para que en el día de 1 de noviembre traigan flores y recen para los almas de los durmientes. Conforme las leyendas, en la noche de 1 de noviembre las puertas del cielo se abren y los muertos vienen a visitar a los vivos. La celebración no es una triste, al contrario, es el único día del año en el cual la gente sonríe en el cementerio. Con esta ocasión, la alegría por sentir de nuevo las almas de los seres queridos que ya no están aquí excede la tristeza. En el suroeste de Rumania hay la leyenda de Samedru, un pastor sobre el cual se decía que bloquea el verano y hace que se caigan las hojas de los arboles. En el día de después del día de Samedru, llamada Los Yayos Grandes o Yayos de otoño, se traen ofrendas para las almas de los muertos.

fuente: http://jurnaluldenordvest.ro
Hace mucho tiempo, en el Sábado de los Muertos se solía cortar un árbol, que se quemaba en la noche de 25 hacía 26 de octubre. De esta manera, el Fuego de Samedru era el símbolo de la muerte y de la resurrección  marcando el comienzo de un año nuevo. Al Fuego de Samedru participaba toda la comunidad, indiferentemente de la edad. Un papel muy importante lo tienen los niños y los chicos que elegían el árbol del bosque, lo cortaban   y lo limpiaban. Después el árbol se llevaba al lugar de la quema, se cubría de abeto y se sentaba en posición vertical. Al anochecer los niños encendían el fuego, mientras que las mujeres compartían limosna, como en una funeral. Mientras el árbol quemaba, la gente comía, cantaba y bailaba. Este momento representaba el renacimiento. Al volver a casa, la gente cogía las cenizas y el carbón y los espolvoreaban sobre la tierra y jardines marcando de esta forma el inicie de un nuevo año pastoral, que tenía dos fechas importantes - día de Samedru (San Demetro, 26 de octubre) y el día de Sangeorz (San Jorge, 23 de abril). Una parte de la tradición aún se conserva hoy en día: las ovejas salen a comer para la fiesta de Sangeorz y vuelven a casa para Samedru.

Los elementos comunes se encuentran también en la tradición celta, en la cual en la noche de 31 de octubre hacia 1 de noviembre, que se llama Samhain (fin del verano) es reconocida como la celebración de todos los espíritus, de ahí resultando el nombre Halloween- All Hallow Even o El día de todos los Santos.
En el día de Samhain, los celtas celebraban el encuentro de las fuerzas de la oscuridad con las fuerzas de la luz y pensaban que la noche de 31 de octubre/1 de noviembre representaba un corte en el tiempo, en el cual los espíritus de los muertos pueden vivir entre los vivos. Los celtas solían disfrazarse con trajes para asustar a los espíritus malos. Esta noche sagrada era iluminada por el fuego que simbolizaba la unión de todos los corazones en el amor. Cuando apareció el cristianismo, Samhain cambió su nombre en El día de todos los santos, que se celebra el 1 de noviembre.

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