Dragobete- fiesta del amor en el pueblo rumano

El 24 de febrero la gente celebra Dragobete, dios de la juventud, patrón del amor y de la buena disposición. Una de las hipótesis es que Dragobete podría provenir del eslavo antiguo: dragu biti- ser amado. Otra teoría dice que el nombre proviene de las palabras dacas trago-macho cabrio y bete- piernas. El macho cabrio simboliza el poder de procreación, fuerza vital y fecundidad. 

Dragobete se identifica con otra representación mítica del panteón rumano: el Navalnic (el Veloz), hermoso muchacho que vuelve locas a las chicas y a las jóvenes mujeres, razón por la cual la Virgen le transformó en una planta de amor que lleva su nombre (una especie de helecho).

Las leyendas hablan sobre Dragobete como una entidad mitológica similar a los dioses Eros o Cupido, pero también como un humano, el hijo de Dochia. Otra historia cuenta que, teniendo una personalidad mucho más expansiva, más volcánica que sus semejantes, llegó a ser un “padrino celestial” ya que, antes del inicio de la primavera, él oficiaba en el espacio cósmico la boda de todos los animales. Por eso se creía que en el 24 de febrero las aves no migratorias se reunían en grupos, construían sus nidos y se reproducían. 

Dicha tradición se extendió con el tiempo también en caso de los hombres. Las chicas y chicos se reunían, elegían a su pareja o simplemente declaraban su amor porque de esta manera estaban protegidos durante todo el año por el poder y bendición de Dragobete.

En la mañana del día de Dragobete, las muchachas  y las mujeres jóvenes recogían nieve fresca, la derretían y se lavaban el pelo con el agua así obtenida para que su cabello y piel se vieran más sanos. Ese día las chicas y los chicos se ponían ropa de fiesta y, en caso de que hiciera buen tiempo, iban en grupos a los valles y bosques, cantando y buscando las primeras flores de primavera. Las chicas recogían campanillas, violetas e inciensos para guardarlos hasta la fiesta de Sanziene, cuando los tiraban a los ríos. 

En algunas zonas se cuenta sobre “la prisa en el día de Dragobete”, cuando las chicas y los chicos se reunían alrededor del pueblo donde, al mediodía, las muchachas comenzaban a huir hacia sus casas seguidas por los  jóvenes. El que lograba coger a la chica a quien amaban, le robaba un beso haciendo de esta manera que la relación fuera formal delante de todo el mundo. Por esta razón, en el universo rural sigue circulando el dicho: “Dragobete besa a las chicas”

Las viejas costumbres dicen que para el 24 de febrero, la gente arreglaba sus hogares para recibir dignamente al dios del amor que venía acompañado por las hadas Dragostele (los Amores), cargadas con muchos regalos de amor. Además, todos los que daban la bienvenida a Dragobete sin tener a su lado a su ser querido, estaban destinados esperar otro año para encontrar a su media naranja.

Nosotros pensamos que el amor se debe de celebrar todos los días y que no hay nada más bonito que amar y ser amado.

¡Feliz día de Dragobete!