Oh, Madre
Te rogamos fuerte
Escucha siempre
Nuestra gran suplica:
No dejes, Madre
Que nos perdamos en el camino
Porque somos los hijos
De tus lágrimas.
Cuando bajo la cruz llorabas
Madre de los dolores
Te recibimos como madre
Nosotros y todo el mundo.
Navegantes en el mar
Eternamente turbio
Hemos puesto en ti
Toda nuestra esperanza.
Tú eres la estrella del mar
Y haces que todo pase.
De los que a ti rezan
Nadie se ahoga.
Haz que llamemos siempre
A tu compasiva puerta
Mientras en el mundo
Las olas nos llevan.
Y cuando las nubes y la niebla
Van a oscurecer el cielo
Ven, tú, Madre
A enseñarnos el camino.
Lleva el barco
Entre las rocas y las olas
Para dejarnos salir al puerto
De las orillas eternas.
Oh, Madre
La más preciosa flor
Haz de las lágrimas
Flores del valle.
Sálvanos de las pasiones
Y de los malos deseos
Y cámbianos en puros
Lirios del valle blancos.
No dejes, Madre
Que nos perdamos en el camino
Porque somos los hijos
De tus lágrimas.
beautiful blog kisses albert
ResponderEliminarBonitos versos los de esta canción. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarPrecioso!!!!!! Saludos Sandra.
ResponderEliminarExtraordinaria belleza la que evocan estos versos.
ResponderEliminarMuy bellos tus versos, Sandra, un placer volver a pasarme por tu blog.
ResponderEliminarUn beso.
Al margen de aquello en lo que cada cual crea, es una dulce canción. Un placer oírla, transmite serenidad y paz.
ResponderEliminarQué bonito..!! Saludos Sandra..
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