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domingo, 23 de julio de 2017

Leyenda del maestro Manole

Hace mucho tiempo Muntenia  estaba regida por Neagoe Basarab. Al señor le gustaba mucho construir iglesias y monasterios. Planificaba levantar en la orilla del río Arges un monasterio como jamás se había visto. Neagoe contrato a los mejores trabajadores de aquella época, al famoso maestro Manole junto con otros nueve. Les prometió fortunas y títulos nobiliarios si le construían un hermoso monasterio, como ningún otro en el mundo; si no lo aceptaban les amenazó con emparedarlos entre los muros del mismo monasterio.


Los maestros empezaron la construccion. ¿Pero que ocurría? Pues por la noche se derrumbaba todo lo realizado durante el dia. Paso lo mismo al siguiente, y al otro; trabajaban en vano. El señor al ver que las paredes no estaban edificadas, volvio a amenazarles con emparedarlos si no conseguían acabar la construccion. El pobre maestro Manole se frotaba las manos entristecido, sin saber que hacer.

Una noche, mientras dormia, soño que las paredes iban a derrumbarse eternamente si no hacían el sacrificio de emparedar a la primera hermana o esposa que viniera el siguiente dia para traer comida. Al despertarse revelo el sueño a sus compañeros y todos estuvieron de acuerdo que tenian que hacer lo que el sueño dictaba.

En la mañana siguiente, Manole subio a los andamios para ver quien sería la primera mujer que venia hacia el monasterio. ¡Dios mio! ¿Qué le dio por ver? Su esposa venia con una cesta llena. El pobre Manole empezo a llorar y, cayendo de rodillas, empezó a rezar:
¨ Echa Señor Mio en el mundo
Una lluvia con espumas
Para que detenga a mi cariño
Que la pare en el valle
Y la aparte del camino.¨
Y ¡milagro! Empezo una lluvia que caía de las nubes negras y pesadas y se llenaron los caminos de agua. Pero la mujer de Manole no regresó…


Ella seguía avanzando. Manole empezo a rezar de nuevo para que soplara un fuerte viento y detuviera a su mujer del camino.
Y de nuevo ¡milagro! Empezo un viento tan fuerte que sacaba a las raíces de los árboles de  la tierra. 
Pero la mujer de Manole continuó su marcha. Fue ella la que llego primera al monasterio.
El maestro Manole, desgarrado de dolor, salio a recibirla, la beso y la llevo a las paredes que habían construido esa mañana. Aparentado que solo bromeaba, le dijo:
¨ Espera, cariño mío,
No te asustes
Que queremos divertirnos
Y emparedarte!¨



Al principio ella le creyó. Pero al ver que construian a su alrededor empezo a llorar:
¨ Manole, Manole,
Maestro Manole
La pared me aprieta
Y el cuerpo me rompe¨

Manole suspiraba y seguia trabajando. Desde la pared se oian las palabras:
¨ Manole, Manole,
Maestro Manole,
La pared me aprieta
Y mi vida se apaga ¨
Desde entonces adelante las paredes ya no se derrumbaban. Los maestros pudieron finalizar su impresionante obra.

Al oir que la construcción del monasterio habia acabado, Neagoe vino a verlo y a rezar. Viendo esa maravilla pregunto  a los maestros si podrian construir de nuevo algo semejante. Orgullosos los maestros contestaron desde el techo:
¨Como nosotros gran maestros,
Jornaleros y albañiles
Otros no hay
En esta tierra.
Ten cuenta que siempre
Sabremos construir
Otro monasterio
Mucho mas iluminado
Y mucho mas bonito! ¨

Neagoe se quedo pensativo; para que no hubiera un monasterio más hermoso decidio matar a los maestros. Mando que retiraran los andamios y las escaleras para que los maestros se quedaran arriba y se pudriesen al calor.


Estos se construyeron alas con las tejas que tenian e intentaron volar. Pero las alas no les sirvieron para nada y murieron en el acto. En el sitio donde cayo Manole salio una fuente con agua salada como las lagrimas.


domingo, 12 de marzo de 2017

Leyenda de los rios Mures y Olt.


Érase una vez, en tiempos muy lejanos cuando nacían los cuentos, en un pico de montaña una aldea con dos torres. Allí vivían el emperador y su mujer con sus dos hijos gemelos que se parecían como dos gotas de agua.

Sin embargo, aunque sus rostros eran casi idénticos, el carácter de ambos era totalmente distinto lo que les hacía discutir por cualquier cosa y pelearse hasta que temblaba la tierra.

Con el paso del tiempo los chicos crecieron, el emperador dejó la aldea y se fue a la guerra junto con su ejercito pero nunca mas regresó. La emperatriz envío jinetes en todas las direcciones para encontrar a su marido pero sin resultado. El hombre había muerto lejos en una cruel batalla, pero la emperatriz lo ignoraba y no paraba de preguntarse: “¿Y ahora qué vamos a hacer yo y mis traviesos hijos?”. Día y noche los mismos pensamientos: “ Pelean durante todo el día e incluso construí para cada uno una torre pero siguen sin llevarse bien. En la torre norte vive Mures y en la torre sur vive Olt. Ahora ya son mayores, preparados para casarse y ¡que pena que nunca se reconciliarán!”
Un día Mures, que era mas calmo y mas sabio, le dijo a Olt:

—Hermano Olt, nuestra madre llora continuamente por nuestro padre, el emperador de las tierras. ¡Vamos a hacer algo!
—Propongo, hermano mio, dejar atrás la ira y la rabia que hay entre nosotros e
irnos en busca de nuestro padre. ¿Quién sabe en qué bosques esté herido o en qué mazmorras esté encadenado? Y nosotros, mientras, hallámosnos aquí, discutiendo.

Los dos hermanos fueron ante su madre y hablaron con ella sobre lo que decidieron. Cavilando en las intenciones de sus hijos, la emperatriz derramó unas lagrimas de dolor pero también de alegría. De alegría porque sus hijos eran dignos y valientes y de dolor porque iban a salir al gran mundo y tenia miedo de perderlos como a u marido. Así que les dijo con su cálida voz:

—Que así sea, hijos míos. Id en busca del emperador pero haya lo que haya en vuestro camino permaneced siempre unidos y no os separéis porque solamente entre los dos podéis conseguirlo.

Los dos príncipes empezaron su camino pero nada mas salir de la aldea empezaron a discutir hacia donde tenían que ir:

—Vamos hacia el norte —dijo Mures.
—No, no, mejor vamos hacia el sur —contestó más alto Olt.

Se pelearon durante un tiempo hasta que decidieron.

—Yo me críe en la torre norte así que me iré hacia esa dirección —dijo Mures.
—Pues yo en la torre sur y elijo ir hacia el sur —replicó Olt.

Así que se separaron y Mures se fue hacia el norte y Olt hacia el sur. Pero después de poco tiempo Mures empezó a echar de menos a su hermano.

—Siempre nos peleamos, pero nos queremos porque somos hermanos. Nuestra madre nos pidió que no nos separáramos… voy a buscar a mi hermano —decidió.
Mures volvió hacia el sur pero ya no encontró a Olt. Se perdió y cogió el camino hacia el oeste por campos tan hermosos que nublaron su mente de tal manera que se olvidó de su hermano.
En la corte la emperatriz recibió noticias de sus mensajeros.

—Gran emperatriz: nada más salir de la aldea vuestros hijos se pelearon y se separaron incumpliendo vuestras ordenes.

Triste y enfadada, la mujer se fue en busca de sus hijos pero ya no pudo alcanzarlos ya que iban deprisa en distintas direcciones. Así que empezó a rezar para que sus hijos no se murieran.

—Dios mio, Te lo ruego: enséñales el camino a mis queridos hijos. Perdí a mi esposo. Haz lo que sea para que ellos no fallezcan.

Dios escuchó sus oraciones y decidió transformar a los dos príncipes en dos ríos inmortales. Y esos ríos guardan hoy en dia sus nombres: Mures y Olt.
Mures fluye tranquilamente hacia el campo esperando encontrar a su hermano gemelo y la gente le suele cantar:

“Mures, Mures, agua cristalina
A otro país tú llévame
Y  la paz encuéntrame.”

Rio Mures
Mientras que el rápido y enfadado Olt se choca contra las piedras de las montañas, las revuelve tumultuosamente, hace espumas y sangra en la parte de Turnul Rosu. La gente también le dedica una canción:

“Tu, Olt, río maldito
Eres profundo y ancho
Llegas grande, espumeante
Y con sangre mezclado”

Rio Olt

domingo, 10 de julio de 2016

Leyenda de la flor Nomeolvides


Según su etimología el nombre de la flor “Nomeolvides” proviene del francés “Ne m'oubliez pas” y se utilizó por primera vez en el año 1532. Como sentido el nombre proviene del espacio alemán donde muchos hombres tienen los ojos azules y las mujeres llevaban en su pecho como adorno estas flores para recordar a sus amados. (siglo XV)

Enrique IV utilizó esta flor como símbolo durante su exilio en 1398. 
Según una leyenda, “No me olvides” fueran las últimas palabras de un caballero dedicadas a su querida antes de hundirse en un río debido al peso de la armadura que llevaba.
Antes de convertirse en la décima provincia de Canadá en 1949, Newfoundland utilizaba la flor “Nomeolvides” como símbolo en memoria de la guerra de la nación. 
También la flor “Nomeolvides” es el símbolo de todos aquellos que sufrieron en nombre de la Francmasonería, especialmente en el periodo nazi. 


A continuación una leyenda rumana sobre esta bonita flor:

Cuentan que después de que hayan crecido todas las flores, la Hada de las Flores les dio un nombre olvidándose de una de ellas.
Las flores se pusieron contentas al recibir su nombre, sola una se quedó triste en un valle de un rio. Lloraba sin comprender por qué era menos querida que sus hermanas y sus lágrimas se mezclaban con el agua del rio.

Un dia, saliendo a pasear por el campo verde y lleno de flores, la Hada de las Flores llenó su corazón de alegría al ver que todas las flores le sonreian. Bajando la cuesta de la aldea hacia el rio se encontró con la triste florecita que no podia contener su lloro. Al verla le preguntó:

-       ¨Y tú, hermosa y delicada flor, ¿por qué lloras mientras todas tus hermanas se alegran?
-       ¨¿Y cómo no voy a llorar? Cuando todas ellas ya recibieron un bonito nombre y de mi te olvidaste.

      Al oir su respuesta, la Hada se asombró por haberse olvidado de darle un nombre justo a esa flor tan especial.
      - Mi querida flor, deja de estar triste… Atardecerá el sol y tú tendrás tu nombre…

Diciendo eso la Hada desapareció. Volvió al palacio donde se aconsejó con las demás hadas y, llamando allá a la flor olvidada, le dijo:

-       ¨ No olvidaste que no te di un nombre como hice con tus otras hermanas asi que, por lo tanto, a partir de hoy te llamaré “Nomeolvides”.


Y asi es que desde entonces esta bonita flor lleva el nombre de “Nomeolvides” en varios rincones del mundo.


fuentes:http://gradina.acasa.ro/plante-de-gradina-113/legendele-si-semnificatiile-florii-de-nu-ma-uita-184632.html
http://www.e-calauza.ro/?afiseaza=folclor_show&page=all&id=65

lunes, 29 de junio de 2015

Como hizo justicia Vlad el Empalador

Durante el reinado de Vlad el Empalador, un comerciante que viajaba en nuestras tierras dijo que había perdido en el camino una bolsa con mil lei. El prometió recompensar con cien lei al que la encontrara.

No paso mucho tiempo y un cristiano, con mucha fe en Dios como eran muchos rumanos en aquella época, se presentó ante el comerciante y le dijo:
- Señor mio, caminando por la calle en un cruce donde las pescaderias encontré esta bolsa. Yo pienso que es suya porque me enteré de que había perdido una.
- Cierto es; es mía y te agradezco por haberla traído.
El hombre comenzó a contar el dinero y a pensar como hacer para no tener que darle al pueblerino la recompensa prometida. Despues de acabar de contar, puso el dinero en la bolsa y dijo:
- Conté, querido mio y observé que tú ya apartaste la suma que te correspondía. En vez de mil lei solo habían novecientos. Y bien hiciste porque estabas en tu derecho.
- Señor comerciante, contestó el cristiano. Con maldad dice usted que le faltan cien lei. Yo ni siquiera abrí la bolsa para ver cuanto dinero había dentro. Tal como la encontré se la devolví.
- Pues verdad digo que perdí la bolsa con mil lei y me la devolviste con novecientos. ¡Es lo que hay! dijo el comerciante.
El hombre no dijo nada mas, salió y se fue directamente al príncipe para encontrar justicia.
- Su Majestad, dijo, no recibí los cien lei prometidos y no me importa tanto el dinero como el hecho de que sospecha que no soy buen hombre. Yo soy limpio como la plata y ni siquiera pensé en tocar lo que no es mio.

fuente wikipedia

El príncipe intuyó los trucos del comerciante y mandó que lo trajeran delante de él. Escuchando al uno y al otro y poniendo las palabras de cada cual en la balanza de la justicia se dio cuenta cual era el lado que más pesaba. Luego, mirando a los ojos del comerciante dijo:
-Si tú perdiste una bolsa con mil lei y este hombre encontró una con novecientos significa que dicha bolsa no era tuya. Tú, cristiano, coge la bolsa y devuélvesela al que diga que perdió una con novecientos; y tú comerciante espera hasta que alguien encuentre tu bolsa con los mil lei, la que dices que habías perdido.

Y eso es lo que pasó, porque no se podía de otra manera.
Vlad el Empalador juzgó. El comerciante perdió todo y se arrepintió toda la vida por ese acto inhumano cometido.



viernes, 22 de mayo de 2015

Historia de la tacita de té

Una pareja se fue de viaje a Inglaterra y en una tienda de antigüedades decidieron comprar algo para celebrar los 25 años de matrimonio que cumplieron. Tanto a la mujer como al hombre les gustaban las antigüedades y objetos de cerámica, especialmente las tazas de té. Observaron una taza excepcional y preguntaron: “¿Podemos ver esa tacita? ¡Nunca vimos algo tan bonito!”

Mientras la dependienta les enseñaba lo que pidieron, la tacita de té empezó a hablar: -Vosotros no podéis comprender. Al principio no fui una taza de té.

Una vez fui solamente un trozo de arcilla roja. El maestro me cogió y me dio vueltas, me amasó varias veces y yo grite: “¡No hagas eso!”, “¡No me gusta!”, “¡Déjame en paz!”, pero él sonrió y me dijo suavemente: “¡Aún no!”. Luego, ¡ah! Me sentó en una rueda y me dio más vueltas. “¡Para!¡Me mareo!¡Me siento mal!” grité.

Pero el maestro sólo asintió con la cabeza y dijo en voz baja: “Aún no”. Me giró, me amasó y me moldeó hasta que obtuve la forma que quería y luego me metió al horno. ¡Jamás sentí tanto calor! Lloré, di golpes a la puerta… “¡Ayuda! ¡Sácame de aquí!”

Podía verle a través de una abertura y leer sus labios mientras movía la cabeza de un lado a otro: “Aún no.”
Cuando creía que ya no iba a aguantar ni un minuto más, la puerta se abrió. Con mucho cuidado me sacó y me puso en la estantería… empecé a refrescarme. ¡Oh, me sentí tan bien! “Bueno, así se está mucho mejor”, pensé.

Pero después de refrescarme un rato, me cepilló y me coloreó por todas partes… el olor era horrible. Pensé que me iba a ahogar. “¡Oh, por favor, para!” grité. Él negó con la cabeza y dijo: “Aún no.” Entonces me volvió a meter al horno. Pero ahora ya no era como la primera vez.  Era dos veces más caliente y sentía que me iba a ahogar. Le suplique. Insistí. Grité. Lloré… estaba convencida de que no iba a escapar. Estaba a punto de rendirme. Justo en ese momento la puerta se abrió, me sacó y me sentó de nuevo en la estantería donde me enfrié y esperé, esperé, preguntándome: “¿Qué va a hacer ahora conmigo?”

Una hora más tarde me dio un espejo y dijo: “Ahora mírate”. Y me miré.  “Esa no soy yo; esa no puedo ser yo… ¡Es hermosa! ¡Soy hermosa!  Él me habló suavemente: “Quiero que recuerdes, sé que te dolió cuando te giré, amasé, pegué, pero si te hubiera dejado sola te hubieras secado. Sé que te mareaste cuando te giré en la rueda, pero si me hubiera parado te hubieras hecho pedacitos. Sé que te dolió y tuviste calor cuando te metí al horno, pero si no te hubiera metido allá te hubieras roto. Sé que los olores no te hicieron nada bien cuando te cepillé y te di color pero si no te hubiera hecho eso nunca te hubieras endurecido. No hubieras recibido brillo en esta vida. Si no te hubiera metido al horno la segunda vez no hubieras sobrevivido mucho porque el fortalecimiento no hubiera durado mucho. Ahora eres un producto finito. Eres lo que tenía en mente la primera vez que empecé a trabajar contigo.”



La moraleja de la historia es la siguiente, según el confesor Arsenie Boca: “Dios sabe que hace con cada uno de nosotros. Él es el maestro y nosotros somos su arcilla. Él nos modelará, nos hará y nos expondrá a las presiones necesarias para llegar a ser buenas obras que cumplen con su buena y santa voluntad.

Cuando la vida nos parece dura y nos golpean y empujan sin piedad, cuando creemos que el mundo gira sin control, cuando sentimos un terrible sufrimiento, cuando todo nos parece injusto, hacernos un té y beberlo en la taza más bonita que tengamos y pensar en lo aquí dicho para poder hablar un rato con el maestro.


fuente del texto original: http://www.doxologia.ro/cuvinte-duhovnicesti/povestea-cescutei-de-ceai-spusa-de-parintele-arsenie-boca


viernes, 14 de noviembre de 2014

El Gran Lobo Blanco. Fiestas dedicadas al lobo.

Las leyendas sobre la misión de difundir el cristianismo de San Andrés cuentan que el apóstol fue enviado a “las tierras de los lobos”, donde fue acompañado y guiado en los territorios dacios por el Gran Lobo Blanco. Obviamente no hay inscripciones o documentos que reconstruyan el camino del apóstol Andrés en el norte del Danubio, pero las tradiciones populares relacionadas con su viaje son muy amplias. 

La mayoría establecen una conexión entre San Andrés y los  lobos. Él tenía el don de la curación de heridas y a través de las oraciones “ataba la boca de los lobos” protegiendo de esta manera a la gente y a su ganado. 

En la mitología rumana la gran riqueza de las creaciones del folklore relacionadas con el lobo se explica por el hecho de que este animal era un animal totémico de los dacios. Mircea Eliade, citando al gran historiador griego Estrabón, decía que la veneración de los lobos se refleja en la misma personalidad de los dacios que se consideraban lupinos.  “Por lo tanto, los dacios se denominaban a sí mismos antiguamente lobos o los que son como los lobos” (Mircea Eliade, Desde Zamolxis hasta Gengis Khan)

El lobo siempre fue considerado símbolo de los dacios y varias leyendas cuentan que el Gran Lobo Blanco, considerado el jefe de la manada, estuvo al lado de los dacios cuando cayó Sarmizegetusa. 

La leyenda cuenta que, en tiempos pretéritos, un sacerdote de Zamolxis recorría incansablemente las tierras de Dacia para ayudar a los necesitados, informando a los geto-dacios que el Gran Dios velaba por ellos. Sin ser viejo, ya tenía el pelo y la barba blanca como la nieve y la fe, el coraje y su fuerza eran conocidas no solamente por las personas y por el mismo Zamolxis, sino también por las bestias. El Dios, al darse cuenta del valor de su servidor, lo detuvo en las montañas para tenerle más cerca. 


Alejado de la gente, el sacerdote continuó sirviendo con la misma determinación que antes. Pronto las bestias llegaron a escucharle y considerarle su líder. Los lobos eran los que más le apreciaban, pues eran los únicos sin conductor; el hambre era el único factor por el que se quedaban juntos. 

Después de un rato, Zamolxis habló con su sacerdote y decidió que había llegado la hora de que le sirviese de otra manera, por lo que le convirtió en un animal. Pero no en cualquier animal, sino en la bestia más temida y respetada de Dacia: en un lobo blanco, grande y fuerte, otorgándole el sino de reunir a todos los lobos del bosque para defender el reino.

De este modo, cada vez que los dacios estaban en peligro, los lobos venían a ayudarles siendo suficiente por el aullido del Gran Lobo y, dondequiera que estuvieran, los lobos defendían a los dacios, sus hermanos. El Gran Lobo también era juez, castigando a los cobardes y traidores.


Un día, el Dios  llamó a su servidor, esta vez para darle la oportunidad de elegir por última vez si quería permanecer como lobo o retornar a su forma humana. Con todo el dolor que guardaba en su alma, sabiendo qué tiempos iban a llegar, decidió quedarse al lado de su Dios, con la esperanza de servir mejor a la región y a su gente. 

A pesar de la vigilancia de los dacios, de los lobos y del Gran Lobo Blanco, los romanos lograron penetrar y, cerca de la gran invasión, sembraron en las almas de los cobardes la desconfianza en el Gran Dios. Por lo tanto, algunos dacios empezaron a temer que el Dios no estaba de su lado en la gran batalla y los traidores, llenos de miedo, empezaron a matar a todos los lobos que salían en su camino con la esperanza de que uno de ellos fuera el Gran Lobo Blanco cuya cabeza podrían ofrecer a los romanos a cambio de sus vidas. 

Los lobos que lograron escapar retornaron a las montañas y no volvieron nunca más para ayudar a aquellos que los habían traicionado. El Lobo Blanco y Zamolxis se retiraron a la Montaña Sagrada desde donde miraron con dolor en sus corazones como los geto-dacios fueron derrotados por los romanos debido a la traición. 

Supuestamente, las viejas creencias y rituales de la población pre-cristiana se fusionaron en la nueva religión. Por ejemplo, la prohibición de trabajar en el día de San Andrés, el día prohibido por los lobos. La noche anterior a la fiesta de San Andrés (29-30 de noviembre) está señalado como día de Sabbat de los strigoi y lobos. Esa noche, especialmente en las aldeas, se practican aún rituales extraños para encontrar fácilmente protección contra todos los males, conjuros de bienestar e incluso hechizos de amor.

Ciertas costumbres relacionadas con el día de San Andrés como podar ramas de los árboles y la siembra de trigo en macetas, para conservarse para el Año Nuevo, recuerdan los viejos ritos agrarios. 
San Andrés es considerado líder del ganado y las bestias, protector de los rebaños, patrón y domador, el que “ata la boca de los lobos”. Estas cualidades míticas no se podrían asignar si la identidad simbólica entre los dacios y los lobos se hubiera borrado totalmente de la memoria colectiva. 

El lobo no participa en la vida de los humanos solamente con el nombre, sino también en diversas etapas de la vida de los mismos. Cuando nacen, los niños débiles reciben nombres de lobo para ser más fuertes como el mismo animal. En la meseta Luncai (distrito Hunedoara), tal como reveló la investigadora en etnografía y etnología Lucía Apolzan, algunos niños eran amamantados a través del pezón de una loba para recibir mágicamente poderes de ella. 

El lobo también está presente en los ritos de iniciación de los valientes. El animal se ofrece siempre a ayudar al héroe que tiene dificultades, pero con una condición: el protagonista nunca puede casarse. 
El último momento de la vida humana en el que participa el lobo es el tránsito del alma desde este mundo al otro. El lobo es en este caso un guía. 

Asociando el lobo con el dios de la luz, Zamolxis, los dacios jóvenes, durante su preparación e iniciación como guerreros, consideraban que deberían adquirir la inteligencia, coraje, habilidad y afán de luchar del lobo, vistiéndose ritualmente con pieles de este animal. No por casualidad la bandera de los dacios reunía simbólicamente una cabeza de lobo y un cuerpo de serpiente que representaba la idea  cíclica de la existencia universal, la vida y la muerte, el principio y el fin, la luz y la oscuridad, el finito y el infinito.




El calendario popular ancestral, que para la mayoría de nosotros sigue siendo misterioso o desconocido, fue durante milenios paralelo con las fiestas cristianas, lo que demuestra no solo la cantidad de las tradiciones milenarias, sino también la existencia del pueblo  (geto-dacio) en la antigüedad en esta región. 

En noviembre hay varios días que veneran al lobo y que llevan el nombre genérico de Filipii de Otoño. Esta temporada empieza con el día del lobo (13 de noviembre), sigue con Gadinetii (12-16 de noviembre), Felipe el Cojo (21 de noviembre) y finaliza con San Andrés (30 de noviembre). 

Gadinet es el nombre de la divinidad del lobo, y los Filipii son personificaciones divinas del mismo. Las creencias populares dicen que en este periodo las lobas bajan a los pueblos y deambulan por los patios, buscando brasas en la basura que las hace ser más fértiles.

El día 21 de noviembre se celebra la entrada en la iglesia de la Virgen María, llamada también Madre de la Luz. Especialmente a las mujeres se les aconseja amar las virtudes cristianas, para ser humildes, mansas y bondadosas.

Esta celebración de la luz corresponde en el calendario popular con la celebración de una divinidad de los lobos, Felipe el Cojo o Felipe el Grande que había sido castigado por Dios por haberse desviado de la fe verdadera.  

Se dice que en este día mágico aquellos con alma pura pueden entender el lenguaje de los animales y ser testigos de los milagros. De madrugada, según la leyenda, florece la milagrosa flor de las bestias, que ablanda el hierro y abre cualquier cerradura.

Las fiestas finalizan con el Día de San Andrés. Las costumbres de la noche del 29-30 de noviembre son una mezcla entre la fiesta cristiana y los antiguos rituales de los dacios, el pueblo asignándole a San Andrés características de divinidad precristiana, convirtiéndose en la personificación divina del lobo solar.

Entre los ermitaños de los Cárpatos circula una leyenda según la cual el último sacerdote de Zamolxis había conocido a Jesús y al apóstol Andrés. Ellos hablan sobre un “misterio” de la conversión de los dacios al cristianismo mantenido durante el tiempo y pasando de un monje  a otro como expresión de la continuidad de la fe en estas tierras.

En la noche de San Andrés, que es la primera noche del nuevo año de los dacios, se abren los cielos, ya que se encuentran lo visible con lo invisible, la luz con las tinieblas, se renueva el tiempo, muere el caos y nace armonía entre el hombre y el universo. Ahora la fuerza del lobo es más intensa que nunca. Se dice que en esta noche, los espíritus malignos llamados strigoi, moroi o pricolici (hombre lobo) tienen más poder que el resto del año y acechan a las personas para hacerles daño. 

Por lo tanto se toman medidas para prevenir estos males. Se hornean muchas placinte con calabaza y tortillas con harina de maíz, se cepillan las puertas y ventanas con ajo y se ocultan las guadañas. La gente evita salir a las calles, quedándose en casa donde están protegidos por los ajos y la luz de las velas.  Los jóvenes organizan una fiesta en la que “vigilan” el ajo. 
placinta con calabaza
ajos en las puertas

También en la noche de San Andrés, debido a la delgada línea existente entre los mundos se deshacen secretos, se revelan autores de crímenes o robos. Se hacen predicciones para el próximo año: si la noche es clara y cálida habrá un invierno suave y si hace frio el invierno será duro.

Por supuesto que hoy en día muy pocas personas siguen estas costumbres, pero eso no significa que debieran perderse porque representan la gran riqueza de costumbres ancestrales. 


fuente del texto original (parcial): http://www.vatra-daciei.ro/din-legendele-dacilor-povestea-marelui-lup-alb/

jueves, 16 de octubre de 2014

Leyenda Fuente del valle Posaga

Erase una vez en el valle Posaga una hermosa muchacha,  como arrancada del sol, con ojos negros como las moras y rostro blanco como la espuma lechosa. Era hija de un pastor y solía vigilar el rebaño de ovejas de su padre mientras subía el valle. 

Vivía en aquel tiempo, cerca de esos lugares un chico pastor, alto y bravo. Los dos  jóvenes se enamoraron enseguida y ¡Dios mio, que bien se veían juntos!

traje regional de la zona Posaga


Sin embargo, parece que en el libro de sus destinos estaba escrito de otra forma. El padre de la chica, un hombre viejo y avaro, no quiso escuchar el deseo de los enamorados y echó de casa al muchacho debido a que el chico no tenia ninguna fortuna para ofrecerle una vida a su hija. 

El pastor se fue y anduvo errante por el mundo  sin que nadie supiera que penas llevaba. Después de unos años, cuando volvió con su propio rebaño de ovejas, descubrió que su querida amada había muerto. La había matado la añoranza y se había secado como se seca la flor sin el rocío que le da vida. 

En la cabecera de la tumba había crecido un bonito árbol. El pastor  hizo un silbato de la madera del árbol y empezó a tocar por la noche en el cementerio canciones tan tristes que se te rompía el corazón. 

Al final no pudo aguantar más el dolor que le invadía el pecho atormentado por tanta tristeza y se petrificó, volviéndose de piedra que incluso hoy en día llora derramando lagrimas en memoria de su amada perdida. Desde esa piedra salen lágrimas bajo la forma de un hilo de agua rápida y cristalina, la fuente Valle Posaga.



jueves, 24 de julio de 2014

Leyenda del pueblo rumano.

Hace mucho tiempo vivía en estas tierras una madre que tenía muchas hijas. Les puso nombres bonitos igual que la hermosura de la naturaleza, de los bosques, de las montañas y de las aguas: TRANSILVANIA, MOLDOVA, BUCOVINA, CRISANA, MUNTENIA, OLTENIA, DOBROGEA. La  mujer también tenía dos muchachos. Uno se llamaba MARAMURES y el otro BANAT.



Pero por desgracia, de vez en cuando, pasos desconocidos cruzaban el lugar y le raptaban una hija. La madre se ponía triste de dolor por cada una ya que las quería más que a su vida. Pero nunca lloró. Era imponente como un roble o como los Cárpatos que la rodeaban. Por eso, ella nunca temía y no se echaba para atrás. Sus antepasados  nunca tuvieron miedo, ni los inmortales dacios ni los atrevidos romanos. Así que luchaba para recuperar a sus hijas y devolverlas a casa: a su gran Transilvania, a la Bucovina de los fagos, a la Dobrogea que tan cerca estaba del mar, a la juguetona Oltenia o a su ágil Crisana. Aun tenía a su lado a Moldova y a Muntenia y a sus valientes hijos.

Así, luchando incansablemente, logró traer a casa a sus hijas y se pusieron todos a su alrededor, como las ramas de un árbol majestuoso. Y cuando la mujer sintió a sus hijos a su lado, se puso tan contenta que rejuveneció de repente. Porque la unión le dio poder y la sed de justicia y libertad la hizo inmortal.    


TEXTO (metafórico) fuente: http://www.e-scoala.ro/Legende/romania.html


jueves, 17 de julio de 2014

Leyenda del príncipe Dragos. Fundación de Moldavia.

Erase una vez un príncipe llamado Dragos que vivía en la parte norte de la actual Rumania, denominada Maramures. Era un buen administrador y gobernante inteligente, pero también un gran cazador. Le gustaba mucho cazar bisontes, osos, ciervos y lobos.
La leyenda cuenta que, mientras iba a cazar por los bosques, oyó que sus hermanos, los rumanos del este que vivían en las valles de los ríos Siret y Prut, sufrían mucho debido a los robos y muertes provocadas por los tártaros. Este pueblo vivía solamente de guerras y de lo que robaban de otros.  Se sabía que nadie podía superarlos en cuanto a la equitación. Tenían caballos rápidos como el viento y luchaban con espadas curvas llamadas yataganes. Las flechas que disparaban de sus arcos eran terriblemente certeras.  Llevaban sobre sus cabezas grandes gorros, hechos de lana de oveja y se defendían con escudos redondos de hierro.
El líder de los tártaros se llamaba han. 
Entonces, Dragos decidió llamar a sus bravos de Maramures y atravesó las montañas para ayudar a sus hermanos a combatir en la guerra con los tártaros. En su camino, paso por delante de él un bisonte, más grande que un toro, con cuernos retorcidos, cuello grueso, pezuñas fuertes, pelo negro y largo, ojos grandes y feroces. 
Primero lo notó  su perra, llamada Molda. Y sintiéndolo, corrió tras él ladrando agudo.  Y aunque el bisonte era tan feroz, Dragos logró dispararlo con una flecha y después lo  hirió con su lanza. Herido y lleno de sangre, el animal siguió corriendo por el bosque con árboles altos. Incluso cruzó un gran rio; Molda, sin embargo lo siguió valiente con todas sus fuerzas. Pero el rio fue demasiado profundo y sus olas demasiado  rápidas, así que la pobre perra se ahogó. 


Cabalgando, Dragos y sus bravos pasaron el rio, golpearon al bisonte justo entre los cuernos y, finalmente, lo derribaron. Dragos disfrutó mucho de esta victoria pero se arrepintió por haber perdido a su fiel perra. Por lo tanto, en su memoria nombró a dicho rio Moldova. 
Luego, Dragos continuó su camino y ayudó a los rumanos de este lado del país para desterrar a los tártaros criminales. Al volver de la guerra, victorioso, los rumanos lo nombraron príncipe y lo eligieron para dirigir también dicha parte del país, a la cual llamaron también Moldavia.


martes, 1 de julio de 2014

Puente de los Mentirosos

Sibiu  (en alemán: Hermannstadt) es el mayor municipio y capital del distrito de Sibiu, de Rumanía. Es un importante centro económico y cultural de Transilvania y entre 1692 y 1791 fue capital del Principado de Transilvania. Posee el título de ciudad mártir. 

Fue fundado por colonos sajones en el siglo XII, que le dieron el nombre de Hermannstadt. En consecuencia, parte de su arquitectura es germánica. Según las estadísticas, el 1,6% de la población de Sibiu es de origen sajón. Antes de la Segunda Guerra Mundial era la ciudad más importante para la minoría alemana de Rumanía.

Uno de los puntos turísticos más interesantes de esta ciudad es el Puente de los Mentirosos, en alemán (Lügenbrücke), el primer puente de hierro forjado en el actual territorio de Rumania (1859).

Puente de las mentiras/Lügenbrücke, 2013. Foto: M. Califice

Hay muchas leyendas relacionadas con este puente.  Una de ellas cuenta que el puente estaría vivo, que puede sentir y tiene oídos, por lo tanto cada vez que alguien dice una mentira, empieza a gemir y a temblar y se derrumba, llevando los pies del mentiroso a la tierra. Los lugareños cuentan la versión del puente que se derrumba sobre la cabeza si se dice una mentira bajo su arco, como intentan tantos hoy en día. De todas formas, ya que sigue allí, la gente que cruza no se atreve a decir ninguna falacia. 

Otra leyenda relata que el puente era un lugar de castigo para los comerciantes mentirosos. La Plaza Menor de Sibiu era una feria y sitio de negociación muy famoso;  algunos compradores tras llegar a casa, se daban cuenta que habían sido engañados. Así que volvían y cogían a los comerciantes para tirarlos desde el puente, mientras de fondo se oían las risas de la multitud.  Un espectáculo justiciero que parece que haya funcionado, ya que se dice que después, cuando llegaban a Sibiu, a los comerciantes ya no les entraban ganas de engañar a la gente. 

Arnold Pancratz en “Die Gassennamen Hermannstadts“, 1935, explica el nombre del puente a través de las historias y leyendas orales que se contaban en este lugar en los días de feria. Era un lugar de charla y de difusión de las noticias locales, la mayoría inventadas y desarrolladas por las campesinas. 

También se cuenta que el puente era un lugar romántico donde se encontraban los enamorados. Los jóvenes se juraban allí amor eterno y las muchachas juraban que eran puras y vírgenes. Pero en la noche de boda se demostraba que algunas chicas eran unas mentirosas. Por lo tanto eran arrastradas hasta el puente, donde eran presentadas ante el público y arrojadas sobre la barandilla. 

También de naturaleza sentimental hay otra leyenda de cuando en Sibiu vivían muchos cadetes que estudiaban en la Academia Militar. Los chicos guapos en uniformes impresionantes representaban una atracción para todas las señoritas de la alta sociedad. Ellos se reunían en el puente con las jóvenes, prometiéndoles la luna, y luego dejaban que esperaran en vano el cumplimiento de sus promesas de amor.
¿Ustedes que opinan, se atreverían a decir una mentira al pisar dicho puente?



jueves, 15 de mayo de 2014

Historias eslavas acerca de Vlad el Empalador


I. Había en Valaquia un príncipe cristiano de fé griega, conocido como Dracula en lengua rumana y diablo en la nuestra, por la maldad que le caracterizaba. Tal como era su nombre, fue su vida. 

Una vez vino a su ciudadela, un comerciante  del Reino de Hungría. Y según la orden del príncipe detuvo su carroza en uno de los caminos de la ciudad, enfrente de la casa donde se alojó. Por la noche, alguien le robó de la carroza 160 monedas de oro. El comerciante se presentó ante Dracula y le contó lo sucedido. El príncipe respondió: “Te puedes ir; esta noche se te devolverá el oro”.

Entonces Vlad se fue a buscar al ladrón por toda la ciudad diciendo:” ¡Si el ladrón no se manifiesta culpable, acabaré con toda la ciudad!” Y mandó que devolviera el oro y lo dejara en la carroza durante la noche y cuando el desconocido ladrón hizo eso, el príncipe añadió una moneda más.
Por la mañana el comerciante encontró su dinero y empezó a contar; viendo que había una moneda de más se presentó ante Dracula y le dijo: “Señor, he encontrado el oro. Y mire, hay una moneda de más que no es mía.“
Entonces, el príncipe le dijo:”Puedes ir tranquilo; si no me hubieras dicho nada acerca de la moneda que sobraba, habrías sido empalado junto al ladrón” (…)


II. Un día Vlad, caminando por el pueblo, vio a un hombre que llevaba la camisa rota. Y le preguntó: ”¿Estás casado?” El hombre le contestó: ”Sí, mi señor.” Vlad entonces replicó: “¡Pues llévame a tu casa; quiero ver a tu mujer!”
Al llegar al hogar del hombre, vio que su mujer era una joven bella y sana. Entonces le preguntó al hombre: ”¿Es cierto que sembrasteis lino?” Éste contestó: ”Mi Señor, sí que tengo mucho lino.” Entonces Vlad le dijo a la mujer:”¿Por qué eres perezosa ante tu marido? Su deber es sembrar, cuidar el campo y alimentarte y tu deber es cuidar que tu hombre tenga siempre la ropa limpia y presentable, pero tú ni siquiera le arreglas la camisa, aunque te ves muy sana. Tú eres culpable, y no tu marido. Si tu hombre no hubiera sembrado lino, él hubiera sido culpable.”
Así que el príncipe ordenó que se le cortara las manos y luego empalar su cuerpo por ser una mujer perezosa. (…) 



III. Una vez se presentó ante su Majestad un potentado húngaro, Matías, hombre rico, y los dos se sentaron a la mesa, rodeados de cadáveres. Al lado del príncipe había una estaca gruesa y alta, hecha de oro.
Entonces Dracula le preguntó: “Dime, ¿por qué crees que tengo esta estaca?”
El mensajero se asustó y contestó: “Mi Señor, me parece que un hombre se equivocó ante usted y le queréis ofrecer una muerte más honorable que en los demás casos”.
Dracula contestó: ”Cierto es. Tu eres el mensajero real del gran dueño, por ti hice la estaca”.
Él contestó: “Señor, si hice algo digno de muerte, haced lo que gustéis conmigo, porque sois juez en esta tierra y no será vuestra mano culpable por mi muerte, sino yo mismo”.
Dracula rió y dijo: “Si no hubieras contestado de esta manera, cierto es que habrías sido empalado”. Y entonces comieron bien, recibiendo el potentado de nuevo su libertad al acabar. El príncipe, finalmente, dijo: “ A ti te corresponde ser mensajero de los reyes, porque sabes hablar con los dueños sabios; que no lo intenten los demás hasta saber hablar con los de alta ralea.”



Fuente del texto original: Bogdan Murgescu, Historia de Rumania en textos 
(Crónicas eslavo-rumanas, páginas 207-214)

sábado, 22 de marzo de 2014

Sajones de Transilvania

Una leyenda alemana relaciona la llegada de los sajones en Transilvania con la canción del flautista de Hamelin. Y unos datos históricos vienen a confirmarla.

Erase una vez, en torno a 1284, una gran invasión de ratas en la ciudad alemana Hamelin.  Aunque las gente hizo todo el posible para matarlas, se multiplicaban cada día más. Los venenos, las trampas y los gatos traídos de Bremen no fueron una solución que trajera buenos remedios. 

Pero un día, llegó en la ciudad Der Rattenfänger, un flautista. El se ofreció a librar la ciudad de las ratas a cambio de dinero. Dicho y hecho. El extranjero con aspecto raro y ropa abigarrada cogió la flauta y tocó una canción que hechizaba. En un instante, las ratas se reunieron ante él, llamadas por la música. El flautista se dirigió hacia el rio Wesser donde se ahogaron todas las ratas. La gente festejó luego días enteros, feliz que se había librado de ese problema. 

Pero en el momento de la recompensa, el flautista no recibió el dinero prometido. Enojado, el extranjero se fue, pero regresó un día de Domingo, en el 26 de junio de 1284, cuando la gente estaba en la iglesia. Empezó a tocar otra canción y los 130 niños de Hamelin que estaban jugando fuera, se reunieron a su alrededor como si hubieran sido hechizados. Der Rattenfänger los llevó hacia la cueva de Koppenburg, una colina a las afueras de la ciudad, donde desaparecieron todos, dejando atrás una gran tristeza y dolor. 





¿Historia o ficción?

El documento más antiguo en el cual está mencionada la ida de los niños es el manuscrito de Lounebourg (1430-1450). La leyenda llegó a ser conocida en el 1816, cuando los hermanos Grimm la publicaron bajo el nombre de EL FLAUTISTA DE HAMELÍN en el volumen Leyendas alemanas. La historia también aparece en los poemas de Goethe (1802  Der Rattenfänger) y Robert Browning (1842, The Pied Piper of Hamelin).

Una versión de la historia cuenta que, tras viajar bajo la tierra durante varios días, los niños de Hamelin llegaron a Transilvania, donde fundaron siete ciudades. 

No se sabe por qué la historia de los hermanos Grimm fue relacionada con la llegada de los sajones en Transilvania, pero es interesante que la primera etapa del establecimiento de los alemanes en Transilvania coincide con la fecha aproximada de la desaparición de los niños de Hamelin, que es la zona de donde se supone que vinieron los primeros sajones. 

En 1819, los hermanos Grimm declararon en un artículo de la presa alemana que los niños raptados por el flautista llegaron a Transilvania. En el mismo artículo estaba presentada la confesión  del sacerdote de la Iglesia Negra de Brasov (Transilvania), Friedrich Müller, el autor del libro Historias de Transilvania, en el cual reunió leyendas de los sajones transilvanos. Una de las leyendas decía: "Nosotros, los alemanes de Transilvania, somos los niños llevados de Hamelin por el Flautista y viajamos mucho bajo la tierra llegando a Transilvania a través de la cueva Meresti, el Valle de Varghis; luego nos separamos en las siete ciudades y muchos otros pueblos nuestros".

Iglesia Negra

El lugar donde aparecieron los niños en Transilvania no se sabe exactamente, hay voces que afirman que primero llegaron a Sebes (Mühlbach en alemán) o a Orastie (Broos en alemán). 

La versión más plausible es la que está presentada en la página oficial de la ciudad de Hamelin: en el pasado, los habitantes de una ciudad eran todos llamados "los niños de la ciudad". Y estos "niños" emigraron, siendo contratados por terratenientes en el Este; y más tarde la leyenda del éxodo de los niños fue relacionada con la leyenda de la expulsión de las ratas, que se refiere a las invasiones de roedores en las localidades medievales.

En Rumania hay doscientas cincuenta ciudades e iglesias sajonas fortificadas construidas por los sajones entre los siglos XIV-XVIII. De ellas las más conocidas son las 7 ciudades: Bistrita (Bistritz), Brasov (Kronstadt), Cluj (Klausenburg), Medias (Mediasch), Orastie (Broos), Sibiu (Hermannstadt) y Sighisoara (Schasburg).

Sighisoara fue fundada por los colones de Franconia, de la región del Rin de norte, que fueron llamados por el rey húngaro Geza II para establecerse aquí y proteger las fronteras del este contra los ataques de los tártaros. La ciudadela Sighisoara fue construida en el siglo XII y reconstruida en el siglo XIV. Actualmente conserva sólo nueve torres y una parte de la pared antigua de protección. 

Sighisoara

Menos visitado que Sighisoara es la ciudad de Medias. Allá se pueden ver hoy en día diecisiete torres y bastiones y muros altos de más de siete metros. La ciudad tiene una historia de más de setecientos años, siendo mencionada por primera vez en un documento histórico del año 1267.

Medias


¡Esperamos les hayan gustado la leyenda y los paisajes!






sábado, 1 de marzo de 2014

Leyenda del Martisor: el joven que se sacrificó para devolver el Sol.



El Martisor es un símbolo de la primavera, del retorno a la vida. Al principio, era representado por una moneda, luego se transformó en pequeñas piedras de rio pintadas en blanco y rojo, puestas en un hilo.
Una vez, el Sol bajó a un pueblo, tomando la imagen de un chico. Un dragon lo esperó y lo raptó, encarcelándole en un calabozo. El mundo se entristeció. Los pájaros ya no cantaban y los niños dejaron de reír. Nadie se atrevía a enfrentarse al dragón hasta que un día un muchacho valiente decidió ir a salvar al Sol.  Su viaje duró tres estaciones: verano, otoño e invierno. 



Al encontrar al dragón, que estaba en su castillo, empezaron a luchar. Se enfrentaron durante días enteros hasta que el dragón fue derrotado. Debilitado de sus poderes y herido, el joven liberó al Sol. El astro se levantó al cielo, haciendo que todo el mundo volviera a sonreír. Pero el valiente muchacho no llegó a ver la primavera. Su sangre caliente cayó en la nieve. 

Cuando la nieve empezó a derretirse, salieron unas flores blancas, las campanillas, los heraldos de la primavera. Incluso la última gota de sangre del chico se escurrió en la inmaculada nieve.

Desde entonces, los jóvenes  entrelazan dos borlas: una blanca y una roja. Los ofrecen a las chicas a quienes aman o a sus seres queridos. El rojo significa el amor por todo lo que es hermoso, que recuerda al color de la sangre del valiente chico. El blanco simboliza la salud y la pureza de la campanilla, la primera flor de la primavera.




El 1 de marzo, los rumanos tienen la costumbre de que los padres pongan en la mano o en el cuello de los niños una moneda para que tengan suerte durante todo el año y estén sanos. El Martisor se suele poner antes del amanecer. Hoy en día el Martisor se regala a los niños, chicas y mujeres, para proteger su ternura y sensibilidad.

Las chicas solían lavarse todo el año con el agua que quedaba de la nieve hasta el día de 1 de marzo, para ser siempre hermosas y sensibles.

Después de llevar durante 12 días el Martisor, la gente solía sacárselo y ponerlo en un árbol fructífero para que diera más frutas ese año. Se decía que si hacía buen tiempo durante aquellos días, toda la primavera sería soleada.




¡Feliz primavera!






miércoles, 26 de febrero de 2014

Leyendas de la campanilla

Leyenda de la Campanilla (I)


Cuando Dios creo todo lo que está en la tierra, lo coloreó muy bonito. Cuando hizo la nieve, le dijo:“ Ya que tú vas por todas partes, buscate tu propio color, el que más te guste”

La nieve se fue primero a hablar con la hierba:
-Dame tu color verde, que es tan bonito, le dijo.
Pero la hierba se negó a hacerlo.
Entonces la nieve le pidió a la amapola que le diera su color rojo y al girasol su color amarillo, pero las flores no le escucharon. 
Triste, llegando a la campanilla, le contó su problema.
- Nadie quiere darme su color. Todos me alejan y se burlan de mí.
Conmovida por el destino de la nieve, la campanilla le dijo:
- Si te gusta mi color blanco, lo comparto con mucho gusto contigo.
La nieve recibió con alegría el regalo de la campanilla. Desde entonces, ella lleva  manta blanca como la campanilla. En agradecimiento, la nieve deja que esta bonita flor sea la primera que salga, antes de empezar la primavera.


Leyenda de la Campanilla (II)

Erase una vez un rayo de sol, que era la hija menor y mimada del astro de luz. Y justo porque era la más pequeña y mimada, su padre le dejaba ir donde quería su corazón. 
Un día, el rayo de sol decidió pasearse por un jardín que parecía el paraíso. Las flores, de vivos colores y perfumadas, se movían bajo la brisa suave del cálido viento de primavera.
- ¿Y qué pasara si cogiera una linda flor para ponérmela en el pelo? preguntó el rayo de luz.   
Y rápido, como ella era, eligió una flor y se levantó de nuevo en el aire.
Todas las flores del jardín miraron asombradas al cielo y empezarn a murmurar:
- ¿Habeis visto? ¿Era hermosa? ¿Tenía vestido de oro? ¿Qué flor eligió la princesa?
- Seguramente cogió una rosa, dijo una rosa grande, aterciopelada y roja, sobre la cual las gotas de rocio brillaban como diamantes.
- Yo creo que eligió a uno de nosotros, contestó un tulipán amarillo.
- ¡De eso nada! dijo un lirio orgulloso. Eligió a uno de mis hermanos. ¿No veís lo perfumados que somos?
Incluso una pequeña violeta africana argumentó que el rayo de sol cogió a una de sus hermanas y no otro tipo de flor.
Solo en un rincón, estaba llorando alguien. Era una pequeña  y frágil campanilla, cuya cola había sido rota por el vestido de la princesa.



Como el rayo de luz no estaba lejos, la oyó y se arrepintió mucho, dejando caer sobre ella una lagrima como una perla que cayó sobre la cola rota de la campanilla, sanándola de inmediato. 
Pero no fue lo único que pasó. La princesa rayo se sentó al lado de la campanilla y le dijo:
- Pobre frágil flor, ¡lo siento por haberte hecho sufrir! ¿Qué deseo te podría conceder para reparar mi error?
- No deseo nada, contestó la campanilla, bajando su corola.
- ¿No quieres la belleza de la rosa, el perfume del lirio o el brillo del tulipán? insistió el rayo de sol.
- - De acuerdo, asintió la campanilla. Si realmente me quiere ofrecer un regalo, permítame salir la primera debajo de la fría nieve, para que todo el mundo sepa y disfrute por la llegada de la primavera. 
Y asi es como paso. El rayo de sol beso a la campanilla y el hechizo se cumplió. Luego desapareció en el cielo, de donde bajó.
Desde entonces, la campanilla es la primera flor que nos sonríe entre la nieve cada primavera y,  gracias a ella, todo el mundo sabe que el tiempo gris se está acabando. 



- leyendas traducidas por Sandra y Pedro