Hace mucho tiempo, vivia un hombre rico muy bueno. Un día llamó a casa de un campesino y le dijo:
- Mira, hombre, yo se que tu familia pasa por tiempos muy malos, así que quiero ayudarte. Te doy trabajo y te pagaré bastante bien. ¿Aceptas trabajar para mí?
-Claro, señor- contestó el hombre muy contento- ¿qué debo hacer?
- Construirme una casa en el bosque.
El campesino se fue alegre y justo desde ese día empezó a trabajar. El rico le daba dinero para que comprara lo que necesitaba para la construcción. Pero el hombre pensó: "Eh, si aun así no me ve, ¿qué pasaría si le engañara?
Y en vez de hacer todo como debe, empezó a comprar cosas más baratas y de mala calidad para que se quedara con más dinero. Al acabar las obras, la casa se veía muy bien por fuera, pero el campesino sabía que no la construyó bien y que, seguramente muy rápido, se estropeará.
Cuando le enseño la casa al rico, ese le dijo:
- Ya que sé que tu familia y tu vivís en una cabaña pequeña, así que te regalo esta casa. Por eso te deje para que la construyeras y te lo digo solamente ahora, al final, para que vuestra alegría sea más grande.
En aquel momento se dio cuenta el hombre de su error. Quiso engañar a otro y en realidad se engañó a sí mismo. Si hubiera sido honrado y hubiera hecho las cosas adecuadamente, hubiera hecho un bien a su familia. Sin embargo, ahora no podía cambiar lo que hizo.
En su mente, el hombre juro no volver a engañar jamás a nadie.
"Tal como tratamos a nuestro prójimo, nos tratará antes o más tarde la vida".
- Mira, hombre, yo se que tu familia pasa por tiempos muy malos, así que quiero ayudarte. Te doy trabajo y te pagaré bastante bien. ¿Aceptas trabajar para mí?
-Claro, señor- contestó el hombre muy contento- ¿qué debo hacer?
- Construirme una casa en el bosque.
El campesino se fue alegre y justo desde ese día empezó a trabajar. El rico le daba dinero para que comprara lo que necesitaba para la construcción. Pero el hombre pensó: "Eh, si aun así no me ve, ¿qué pasaría si le engañara?
Y en vez de hacer todo como debe, empezó a comprar cosas más baratas y de mala calidad para que se quedara con más dinero. Al acabar las obras, la casa se veía muy bien por fuera, pero el campesino sabía que no la construyó bien y que, seguramente muy rápido, se estropeará.
Cuando le enseño la casa al rico, ese le dijo:
- Ya que sé que tu familia y tu vivís en una cabaña pequeña, así que te regalo esta casa. Por eso te deje para que la construyeras y te lo digo solamente ahora, al final, para que vuestra alegría sea más grande.
En aquel momento se dio cuenta el hombre de su error. Quiso engañar a otro y en realidad se engañó a sí mismo. Si hubiera sido honrado y hubiera hecho las cosas adecuadamente, hubiera hecho un bien a su familia. Sin embargo, ahora no podía cambiar lo que hizo.
En su mente, el hombre juro no volver a engañar jamás a nadie.
"Tal como tratamos a nuestro prójimo, nos tratará antes o más tarde la vida".
-texto traducido, texto fuente: http://www.crestinortodox.ro/povestiri-talc/cel-insala-71542.html
Exelente.!!!!!!! Y es exactamente lo que pasa en la vida real.Cuando actuamos de una manera deshonesta de alguna manera lo recibimos de vuelta.Muy buena entrada,Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buena historia!!
ResponderEliminarHola Sanda,
ResponderEliminarHacía tiempo que no te leía, pero estoy encantado de haber vuelto y esta leyenda con mensaje me ha encantado.
Un abrazo.
Excelente la alegoría. Perfecto. Ideal para comentarlo con niños y adolescentes.
ResponderEliminarSaludos.
Me ha gustado mucho la historia y también la moraleja. Un abrazo.
ResponderEliminarGuao!! Nunca mejor dicho, me ha encantado sin más!..Que buena moraleja,nunca hay que jugársela a nadie la vida da muchas vueltas! Muy buena entrada!
ResponderEliminarUn saludo en la distancia
Que buena enseñanza amiga, así les pasa a todos los que se pasan de listos creyendo que engañan a otros y recae en ellos mismos, una muy buena historia es una gran reflexión.
ResponderEliminarBesitos de luz querida amiga que tengas una linda semana.
¡Muchas gracias a todos por vuestras visitas! De verdad, que me alegro mucho que puedo compartir tantas cosas con vosotros, sois geniales y además de lectores, para mi sois todos muy buenos amigos virtuales. ¡Os envío un abrazo enorme para agradeceros por todo!
ResponderEliminarun gran consejo me ha gustado mucho esta historia prietena
ResponderEliminarGracias Gerard! Un abrazo.
EliminarMuy bonita historia. Muchas felicidades.
ResponderEliminarGracias, me alegro de que le haya gustado. Saludos.
EliminarQué buena moraleja que dejas "trata a los demás como te gustaría que te trataran a tí".
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo. Me encantó tu historia!
Un abrazo Sandra!
Pues si, porque muchas veces intentamos sacar alguna ganancia de lo que hacemos, pero al hacer eso, perdemos más. Es mejor ser honrado, yo creo que lo demás vendrá solo. Un abrazo.
Eliminarsuper! sencillo consejo,sabio escrito sandrita, me gusto muchooo,debes hacer todo bien,aunque pensemos que nadie ''nos mira''...y como si fuera para nosostros mismos!! gracias por compartirlo! saludos de chocolate pa ti siempre!!..haa y si lei tu coment en mi blog..me agrada que te pasas por alla, no se que pasa que no puedo responderlos alla mismo : (... la tecnologia aveces se me dificulta y me atropella..jijiji y las ayudas de mi hija ,me confunden... bye bye!!
ResponderEliminarSi, volví a ver tu contestación pero yo tampoco pude leer los comentarios. Tal vez sea un problema temporal del blog. Gracias por pasarte por aqui. Estos relatos cortos no son primordiales en la literatura, pero creo que si son muy importantes para nosotros como personas. Nos olvidamos, perdidos en las cosas de cada día, que es lo correcto y que tenemos que ser humildes y buenos, porque sino, las ganancias que obtenemos son solamente a corto plazo.
EliminarUn abrazo.
Una gran lección de vida sin duda Sandra!. Qué buena historia, me ha encantado y con una gran moraleja!! Gracias por este gran aporte y enseñanza. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias a ti, Alex, por pasarte por aquí. Sabes que me gusta mucho tu blog, lo siento que no puedo pasar mas a menudo, pero cada vez que te visito me quedo sorprendida y fascinada por la información que nos proporcionas. Me alegra saber que a ti también te gustan mis entradas. ¡Un fuerte abrazo!
Eliminarmuy buena la moraleja Sandra. No se debe mentir ni engañar nunca, al final se paga. Me alegra mucho que ya estés mejor. Un beso!!
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