Un sacerdote de un pueblo, yendo hacia la siguiente villa, vio a una mujer de su parroquia lavando ropa en el río y, acercándose, le pregunto:
- El domingo, en la misa, note que no todo el mundo me escuchó atentamente. Tal vez haya dicho palabras demasiado académicas y estoy pensando hablar este domingo de una manera más comprensible. Diga, ¿usted que entendió de lo que dije yo en la misa?
- Padre, le contestó ella humildemente, yo no estudié y no sé nada, pero quiero preguntarle algo: ¿ve las telas que estoy lavando ahora? El agua pasa a través de ellas y las lava. ¿Usted piensa que ellas saben como las lava el agua? Y, sin embargo, se vuelven blancas y hermosas. Yo no entiendo todas sus palabras, pero siento en mi alma el calor del Espíritu Santo, el que me limpia del pecado, tal como este agua limpia mis telas.
El sacerdote continuó su camino, satisfecho al ver una persona que no solo tiene los pensamientos en lo que es sagrado, sino también el alma.
"A Dios llegamos a través de una cierta forma de vida, no por algún tipo de pensamiento."
- cuento traducido. Texto fuente: http://www.crestinortodox.ro/credinta-pentru-copii/povestiri-talc/sfanta-simplitate-79198.html
De eso trata la Fe, creo, la verdad es que no soy muy creyente, pero respeto la Fe que pueda tener cada uno. Al leer este escrito la impresión que me ha dejado es que los estudios que puedas tener nada tiene que ver con la inteligencia del alma.
ResponderEliminarUn abrazo Sandra!
Asi es, Francisco. Yo también creo que da igual que religión tenemos y que estudios tenemos, importante es que guardamos en nuestro corazón. Un abrazo muy fuerte!
EliminarSandra felicidades me ha encantado esta reflexión!.
ResponderEliminary el post fascinante,por un momento eh viajado en el tiempo recordando a mi madre lavando en el río!
Un saludo en la distnacia
Gracias Elisa por leer este cuento. Si nos lleva en tiempos cuando la gente pensaba más con el corazón y por lo tanto era más humilde y más buena. Un saludo.
EliminarMe identifico mucho con la gente limpia de alma, sencilla, que quiere por querer, sin doble filo...Van conmigo.La gente orgullosa de mala fe, no está en mi itinerario.Un beso amiga, muy bella esta entrada.
ResponderEliminarMuchas gracias, Idolidia. Me alegro de verte por aqui y de que te haya gustado la entrada. Yo también creo que la gente sencilla tiene mas valor en esta vida. Un besito.
EliminarHablar sobre la fe siempre nos llena de esperanza. Gracias. Te dejamos nuestro aprecio. Saludos
ResponderEliminarGracias, Sr. Isaias por visitarme. Yo creo que una persona sin fe (da igual en lo que crees) esta perdida y va por esta tierra sin saber que es lo que tiene que encontrar. (el amor y la amistad). Tenemos que tener fe y esperanza que no vivimos en vano.
EliminarSaludos cordiales!
Me gusta la reflexión. Es un bello ejemplo de comprensión más allá de cualquier razonamiento que busque una justificación determinada.
ResponderEliminarSaludos, Sandra.
Gracias, Sra. Pilar. Es muy cierto lo que usted dice. La gente que no busca justificaciones en todo sabe apreciar mas las cosas. Me alegro de que le haya gustado el cuento. Saludos.
Eliminarbueno yo soy atea, pero esta historia me ha parecido preciosa, porque deja ver lo que realmente tiene valor y lo que no de las cosas.Feliz fin de semana.bss
ResponderEliminarGracias Isaboa! La verdad es que me gustó mucho este relato por su mensaje. Me alegro de que a ti también te pareció bonito. Un abrazo Besitos.
EliminarYa habia dejado un comentario...pero dejo otro porque esta entrada esta muy linda..!!! Te mando un beso y abrazo con mucho cariño. :)
ResponderEliminarIgualmente: besitos y abrazos! Y gracias por volver.
EliminarMuy bonito mensaje, lo importante y vital supera fronteras o idiomas,
ResponderEliminarte mando un saludo,
Juan
Asi es, Juan! Gracias por pasarte por aqui. Un abrazo.
Eliminar