Perfumar a las mujeres

Rociar a las chicas con agua (perfume), es una tradición que se guarda en Transilvania desde hace mucho tiempo. Es una costumbre que proviene de los húngaros. Este día, los hombres visitan a todas las mujeres que conocen. La tradición dice que los chicos tienen que rociar a las chicas con agua de la fuente, para que ellas sean fértiles, que puedan dar hijos sanos, para que sean guapas y que huelan bien todo el año.

Las chicas y las mujeres saben que se tienen que preparar para este día y, para ser buenas anfitrionas, les sirven con huevos rojos, bebidas y pasteles. 

La leyenda de esta tradición explica que hace mucho tiempo, en el segundo día de Pascua, una chica cristiana vendía huevos. Una mujer se acerco a ella y se pusieron a hablar. La chica le explico la ley cristiana, pero la mujer, desconfiada, le dijo: ”Te creería si estos huevos se volvieran rojos”.  Entonces, de repente, los huevos se hicieron rojos y viendo eso, las dos se desmayaron. Pasando por allá, dos hombres las vieron y las salpicaron con agua de la fuente. Recuperándose, las chicas les regalaron como recompensa un huevo rojo a cada uno y la mujer se convirtió al cristianismo.

En mi familia, aun mantenemos esta bonita costumbre, los hombres compran perfumes y van a rociar a las mujeres a quien conocen mientras las mujeres se quedan hoy en casa y les esperan. Así que señores, si quieren,¡les esperamos a visitarnos!