jueves, 14 de marzo de 2013

Fram, el oso polar

- resumen del libro escrito por Cezar Petrescu, publicado en 1931.





Por última vez en esa ciudad, la señorita Ellian se presentaba en el circo Strutki junto a 12 tigres de Bengala, para que luego haga su número Fram, el Oso Polar. Este, normalmente, entraba a dos patas, saludaba, iba en bicicleta y hacía varias cosas solo, siendo el más querido. No daba miedo, como los otros números con tigres o balancines, sino relajación, diversión y asombro.


¡Pero, justo en la noche de despedida, Fram no aparecía! Los espectadores le llamaban entusiastas. Finalmente, Fram entró en la escena, se sentó pensativo sin hacer nada más. Un abuelo de la audiencia, le dijo a su nieta, Lilica, lo que sucedía con Fram: - ¡Es muy viejo ya! Fram se despidió y en cuatro patas, como un animal cualquiera, entró en su jaula. Petrus, un niño espectador, escuchó la explicación del anciano con tristeza y compasión.
El circo se fue a otro país, pero Fram ya no hizo parte de la representación.

Dos niños se peleaban porque hicieron una apuesta que el maravilloso oso sí que entraba en la escena. Ellos vinieron a visitar la casa de fieras del circo junto a sus padres. El director estableció un precio muy alto para la visita de la casa de fieras. Habían jaulas, todo tipo de animales, buenos solo para ser vistos, y nada más. Entre ellos se encontraba Fram.

Cuando sueña, Fram se acuerda como era cuando era pequeño, capturado por los esquimales y vendido al circo. Poco a poco se acuerda de la cueva donde nació y de su madre. Como vio por primera vez el sol polar y como se asustó de él, como viajó con su madre en la nieve, el sabor de la primera morsa, la parada en la isla donde crecían flores y raíces sabrosas.



En esa isla, la madre oso sintió un  olor extraño, de hombre y perro. Se dio cuenta de que estaban en peligro, pero no conocía el poder de la escopeta. Allá la madre oso murió de un disparo. El osito no entendía por qué los humanos cortaban a su mama, que yacía en el suelo. Luego fue llevado al pueblo de los esquimales. Se asusto del fuego y se puso al lado de lo que quedó de su madre.

Desde allá, el pequeño oso se despertó en un barco, donde aprendió que los humanos también podrían ser buenos. Le pueden acariciar y darle leche. El marinero Lars, un hombre que había pasado por muchas cosas en la vida, a quien se le murió la madre y la novia y por lo que se dio a la bebida, bautizó al  bebé oso "Fram", por el nombre del barco con el cual cruzó tantos sitios polares.

El oso fue vendido por diez botellas de ron y pronto llegó al circo Strutki.. En el circo, aprendió acrobacias y como portarse con la gente, y durante siete años fue su orgullo. Pero ahora, empezó a echar de menos el hielo polar.

Un antiguo cazador, apasionado por el estudio de los osos, convenció  al director del circo para que envíe a Fram al polo. Los miembros del circo se despidieron de él con mucha tristeza.

Fram llegó a casa. Le llevaron a una isla desierta, para que aprenda los hielos y se acostumbre con su nueva vida, protegerle de los esquimales con los cuales él podría volverse amigo, tal como se le enseño. Le dejaron también comida para que tenga hasta que aprenda a cazar. Con un último saludo, Fram desapareció entre los hielos.

Teniendo frio, empezó a calentarse haciendo acrobacia. Estaba bastante triste, la vida en el polo era más difícil de lo que había pensando. Se dirigió instintivamente hacia la orilla donde vio algunas focas. Las miró y quiso coger una, porque tenía hambre, pero, acordándose de las focas del circo Strutki, ya no pudo hacer eso.

Giró hacia el norte. No pudo cazar nada, aunque habían muchas focas a su alrededor. Encontró un pedazo de carne de foca y lo comió. Llegó a otra isla, llena de huellas de animales. Las siguió y se encontró con otro oso polar, pero Fram no sabía que un oso es dueño de su territorio y no tolera otro oso allá. El oso nuevo le saltó encima. Fram uso la acrobacia del circo y el oso, confundido, viendo que no lograba morderle, arañarle o asustarle, decidió irse. Fram se quedó triste atrás. Todas las animales huían de él, considerándole un enemigo...

Al final, Fram se dio cuenta como comer. Cuando el oso gruñón cogía una morsa, era suficiente que aparezca él y asustarle, para que la morsa cazada se quede suya.

Poco a poco, Fram aprendió  como  construirse refugios contra las tormentas de nieve. Pero ese oso que le aseguraba la comida, al cual Fram nombro  "el Cabezón", se hartó de cazar para otro así que se fue de la isla.

Hambriento, Fram encontró una osa y dos oseznos. Intento ser amable, en su estilo del circo, pero la osa le mordió. Así se encontró con varios osos, que se asustaban cuando le veían haciendo saltos mortales, pasos de vals y balanceos. Todos, cuando le veían, abandonaban  sus comidas y corrían, teniendole mucho miedo. Y así llegó la noche polar que duró varios meses.

Por otro lado, sobre todo Petrus no se olvidó de Fram. Se hizo amigo con la chica del circo y prestó libros sobre los osos polares, de su abuelo.  Leyó tanto que se convirtió en un experto. Después de leer, Petrus contaba a sus amigos las aventuras que le quedaba en la mente como un tesoro. Cualquier libro nuevo sobre osos polares blancos y expediciones polares, Petrus leía y releiá.

Al igual que antes anhelaba volver al polo, ahora Fram estaba pensando siempre en los humanos. Desesperado por el frío y la soledad, empezó a andar. Se encontró con un  pequeño osito que estaba solo. Su madre murió en una batalla con otro oso polar y el cachorro logró escapar solamente con una herida. El pequeño llevó a Fram al sitio donde murió su mama y descubriendo las huellas del culpable, Fram empezó a perseguirlas. Encontró al asesino y lo engaño con su acrobacia, le tropezó, le pegó hasta que no se pudo mover más.


El cachorro llevó a Fram al depósito del oso herido donde encontraron dos morsas heladas. Se quedaron allá hasta que pasó la noche polar. Volvieron a encontrase con el otro oso, que adelgazó debido a que se quedo sin algunos dientes y ya no podía comer como antes. Fram le devolvió el refugio y se fue más lejos, junto al osito, que ya empezó a crecer.

Fram volvió a encontrarse con osos, que huían solamente al verle, dejandole sus comidas. Sólo que el pequeño oso tenía otros instintos. El logró a cazar una morsa. En un día Fram encontró al osito haciendo sus trucos, aprendidos en el circo, así que decidió dejarle. Ya era suficiente haber un bufón polar. El   cachorro tenía que ser un oso normal. Así que Fram se subió a una masa de hielo flotante y se fue, sin mirar atrás. 

Se detuvo en un sitio donde pescaba un niño esquimal. El oso se esforzó a atraerle con todo lo que sabía del circo, pero el niño estaba muy asustado. El esquimal no podría creer que Fram no quería matarle sino solamente jugar con él. El oso quiso acariciarle con su pata y entonces el niño pensó que el oso estaba hechizado.


Por eso, le enseño sus juguetes escondidos en la nieve pensando que Fram los convertirá en armas verdaderas y grandes. Decepcionado que el oso no tenía ese poder, el niño quiso tirarle flechas para matarle, pero Fram las cogió con la pata tal como aprendió en el circo. Luego sacudió a Nanuc, el niño esquimal, le rompió las armas y se fue de nuevo viendo que su lugar no estaba tampoco entre los esquimales. Nadie creyó al chico cuando contó lo que le había pasado con el oso hechizado.


Otto y Egon, dos cazadores polares, perdieron sus perros y trineos, cuando un hielo se rasgó. Sobrevivieron pero sin provisiones, sin armas, a una distancia de dos dias de su cabaña. Eran dos de los cuales llevaron a Fram al polo norte. Solo que los cogió la tormenta de nieve y se quedaron congelados sin poder moverse más. Fram los encontró y los reconoció por el olor. Los calentó con su pelaje hasta que se descongelaron y luego los llevó a su choza, donde tenía carne de foca. Desde allá, los cazadores volvieron con Fram a su cabaña. Tendría que volver allá el barco para llevarles a su país. El oso se subió solo al barco, queriendo volver con ellos. Los cazadores estuvieron de acuerdo y Fram, el oso polar, nunca más volvió a sentirse solo. 










6 comentarios:

  1. Linda historia, habeses los amigos duran toda una vida...saludos

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Gracias por visitar mi pagina.

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  2. Hermosa historia que nos hace ver la bondad de la amistad cuando es verdadera. Un abrazo

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    1. Gracias, Teresa. Esta novela es una de mis favoritas. Nos enseña valorar la amistad y a los animales, que pueden ser los mejores amigos de las personas. Un abrazo.

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  3. La amistad es hasta necesaria no se puede vivir sin ella y se vive mágicamente cuando tiene calidad.Un gran abrazo mi amiga.Me ha encantado.

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    1. Asi es, si no tenemos amigos, vivimos tristes. Te agradezco por pasarte por aqui y me alegra saber que te haya encantado el resumen.
      Un abrazo.

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